Exposições realizadas

Exposições itinerantes realizadas

A exposição “Poty, o Narrador” revela ao público um recorte da vasta coleção de obras de Poty Lazzarotto (1924–1998), artista paranaense cuja produção integra o acervo do Museu Oscar Niemeyer (MON). Em seus desenhos e gravuras, Poty ergue um mundo onde o cotidiano se transfigura em epopeia visual. Seu olhar percorre desde as ruas de Curitiba, sua terra natal, até as paisagens do Xingu, onde viveu uma temporada imerso na cultura indígena.

Desde a infância, o traço de Poty já anunciava a potência de sua narrativa gráfica. Em 1942, ingressou na Escola Nacional de Belas Artes, no Rio de Janeiro, onde foi iniciado no universo da gravura por Carlos Oswald. Formado em 1946, recebeu uma bolsa de estudos para a École des Beaux-Arts de Paris. Retornando ao Brasil em 1948, Poty dedicou-se não apenas à criação, mas também à formação artística: em 1950, organizou o primeiro curso de gravura do Museu de Arte de São Paulo (MASP) e ministrou cursos na Bahia, no Recife e em Curitiba.
A partir da década de 1950, sua arte expandiu-se monumentalmente para o espaço público, através de projetos de murais. Entre suas obras mais emblemáticas destacam-se: “O Desenvolvimento Histórico do Paraná” (1953), o mural do Teatro Guaíra (1969) e o mural para o Memorial da América Latina, em São Paulo (1988).
Narrador sensível, Poty transita com naturalidade entre o sagrado e o profano, entre a festa e o trabalho, compondo em cada linha uma crônica visual do Brasil profundo. Sua obra é, antes de tudo, um gesto de escuta – do tempo, da terra e das gentes – que se converte em traço.

El Museo Oscar Niemeyer, encargado de custodiar y preservar el precioso legado de Poty Lazzarotto, se ha convertido en un punto de referencia para la obra de este brillante artista brasileño. Una de las misiones ahora es traspasar fronteras y hacer llegar su obra a un público cada vez más amplio y diverso.

De esta forma, el MON realiza la exposición “Poty, el Narrador” en São Paulo, en el espacio White Box del Rosewood. Con curaduría de Juliane Fuganti y Marc Pottier, se trata de una selección de la colección del artista de más de 4.000 obras que forman parte de la colección permanente del MON.

Ao ter recebido a responsabilidade de guardar e preservar o precioso legado de Poty Lazzarotto, o Museu Oscar Niemeyer (MON) se tornou um local de referência em relação à obra deste genial artista brasileiro.

Uma de nossas missões agora é extrapolar as fronteiras regionais, apresentar Poty em sua dimensão universal e fazer com que a sua obra alcance um público cada vez maior e mais diversificado.

Realizar uma exposição neste espaço que é referência à arte, à arquitetura e ao design, com uma curadoria impecável, como o Rosewood, é um reconhecimento à importância que o acervo do MON adquiriu, especialmente nos últimos anos.

Em um 29 de março, dia do aniversário de Curitiba – e, coincidentemente, data de nascimento do artista Poty Lazzarotto – o MON recebeu a maior coleção já doada à instituição: aproximadamente 4,5 mil peças. O ano era 2022.

Desde então, o MON passou a ser o guardião das obras, mas também o facilitador do acesso a elas. Tal coleção conta com mais de 3 mil desenhos e 366 gravuras, além de tapeçarias, entalhes, serigrafias e esculturas, entre outros. A doação foi feita diretamente pelo irmão do artista, João Lazzarotto.

São obras que enriquecem ainda mais o acervo do MON, que nos últimos anos quintuplicou de tamanho e conta atualmente com aproximadamente 14 mil obras de arte, abrigadas em um espaço superior a 35 mil metros quadrados de área construída, o que torna o MON o maior museu de arte da América Latina.

Juliana Vellozo Almeida Vosnika
Diretora-presidente do Museu Oscar Niemeyer

Serigrafia sobre Papel, 80x50cm 
Coleção Poty Lazzarotto - Doação João Lazzarotto

Água forte e água tinta sobre papel, 80x50cm
Coleção Poty Lazzarotto - Doação João Lazzarotto

Água forte e água tinta sobre papel, 80x50 cm 
Coleção Poty Lazzarotto - Doação João Lazzarotto

Água tinta sobre papel, 80x50 cm 
Coleção Poty Lazzarotto - Doação João Lazzarotto

Estudo para ilustração de Grande Sertão Veredas, 1969

Rosewood - White Box - Complexo Matarazzo 
Rua Itapeva, 435 - Bela Vista, São Paulo SP 

El MON realiza exposición Poty Lazzarotto en Rosewood, São Paulo

El Museo Oscar Niemeyer (MON) presenta en São Paulo una exposición de obras del artista curitibano Poty Lazzarotto (1924-1998), que pertenecen a la colección del MON. La exposición “Poty, el narrador” estará en exhibición en el espacio White Box del Hotel Rosewood a partir del 4 de junio. Con curaduría de Juliane Fuganti y Marc Pottier, se trata de una selección de la colección del artista de más de 4.000 obras que forman parte de la colección permanente del MON.

“Al recibir la responsabilidad de guardar y preservar el precioso legado de Poty Lazzarotto, el MON se ha convertido en un lugar de referencia para la obra de este brillante artista brasileño”, afirma la directora general del MON, Juliana Vosnika. “Una de nuestras misiones ahora es ir más allá de las fronteras regionales, presentar a Poty en su dimensión universal y asegurar que su obra llegue a un público cada vez más amplio y diverso”, afirma.

El Espacio Rosewood, en el Complejo Matarazzo, enfatiza la preservación del patrimonio cultural brasileño. El sitio tiene una colección permanente de obras de artistas brasileños, celebrando el arte y la creatividad del país.

“Estar en un espacio referente del arte, la arquitectura y el diseño, con una curaduría impecable, es un reconocimiento a la importancia que ha adquirido la colección del MON, especialmente en los últimos años”, comenta Juliana.

En sus dibujos y grabados, Poty viaja desde las calles de Curitiba hasta los paisajes de Xingu, donde pasó un tiempo inmerso en la cultura indígena. Desde niño, el estilo de Poty ya anunciaba la potencia de su narrativa gráfica. En 1942 ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Río de Janeiro, donde fue introducido al mundo del grabado por Carlos Oswald. Graduado en 1946, recibió una beca para la École des Beaux-Arts de París. Al regresar a Brasil en 1948, Poty se dedicó no sólo a la creación, sino también a la formación artística: en 1950, organizó el primer curso de grabado en el Museo de Arte de São Paulo (MASP) e impartió cursos en Bahía, Recife y Curitiba.

A partir de la década de 1950, su arte se expandió monumentalmente al espacio público a través de proyectos murales. Entre sus obras más emblemáticas se encuentran: “El Desarrollo Histórico de Paraná” (1953), el mural del Teatro Guaíra (1969) y el mural del Memorial da América Latina, en São Paulo (1988).

Poty, un narrador sensible, se mueve con naturalidad entre lo sagrado y lo profano, entre la celebración y el trabajo, componiendo en cada verso una crónica visual de las profundidades de Brasil. Su obra es, ante todo, un gesto de escucha —del tiempo, la tierra y la gente— que se transforma en verso —dice la curadora Juliane Fuganti.

El 29 de marzo de 2022, cumpleaños de Curitiba –y, coincidentemente, fecha de nacimiento del artista Poty Lazzarotto–, el MON recibió la mayor colección jamás donada a la institución: aproximadamente 4.500 piezas.

Esta colección cuenta con más de 3 mil dibujos y 366 grabados, además de tapices, tallados, serigrafías y esculturas, entre otros. La donación fue realizada directamente por el hermano del artista, João Lazzarotto.

Estas obras enriquecen aún más la colección del MON, que ha quintuplicado su tamaño en los últimos años, consolidando al Museo como uno de los más importantes de América Latina. 

Poty Lazzarotto (Curitiba, 1924-1998) siguió su camino a través del dibujo, profundizando después en el grabado, en el que se convirtió en maestro, siendo el creador del primer curso de grabado del Museo de Arte de São Paulo (MASP). Gran parte de su obra es biográfica y abarca desde recuerdos de infancia caminando entre vías y vagones de tren hasta registros de personas de Curitiba y los entornos que habitan.

 Poty es directo y sencillo en sus dibujos y grabados. Fue con esta característica espontánea que ilustró varias obras de la literatura brasileña, como Os sertões, de Euclides da Cunha, y Grande Sertão: Veredas, de Guimarães Rosa. Tampoco podía dejar de dar vida a los polémicos personajes de Curitiba retratados en las historias de otro ícono paranaense, Dalton Trevisan.

Como si su presencia en la literatura no fuera suficiente, Poty dejó su huella en toda Curitiba a través de sus monumentos o paneles de azulejos y hormigón aparente, práctica que comenzó con el panel “Desarrollo Histórico de Paraná”, de 1953, en la Praça 19 de Dezembro. Otros ejemplos de esta producción son los paneles del cruce de Nestor de Castro, en los que muestra, de un lado, la escena de una Curitiba que ya no existe, y, del otro, la evolución de la ciudad, surgida en medio del pinar, habitada por inmigrantes, y que se destaca en el campo del urbanismo.

Donada al Museo Oscar Niemeyer, la colección abarca la totalidad de esta producción. En ella podemos encontrar originales tantas veces reproducidos en libros y otras publicaciones sobre el artista, entramos en contacto con los dibujos que realizó en su expedición al Xingu, en 1967, y entramos en la intimidad de un Poty casi desconocido. Además, todavía encontramos bocetos, proyectos y estudios, y podemos ver la evolución de la línea, desde su juventud hasta su madurez. De este modo, la colección constituye un verdadero material etnográfico sobre el artista.

La colección también se compone, por supuesto, de obras terminadas, dibujos, xilografías, litografías, grabados en metal, tallados de madera y bloques de hormigón: miles de piezas que dan claro testimonio de la versatilidad del artista. A través de Poty, tomamos conciencia del arte que se hizo y se hace en Paraná. Preservar no sólo el legado de este artista, sino su memoria, es ante todo un deber, una tarea asumida y adecuadamente llevada a cabo por el Museo Oscar Niemeyer.

El MON realiza la exposición “Poty, el Narrador” en São Paulo, en el espacio White Box del Rosewood. Con curaduría de Juliane Fuganti y Marc Pottier, se trata de una selección de la colección del artista de más de 4.000 obras que forman parte de la colección permanente del MON.

Poty - O Narrador (SP)

Tão logo cheguei a Tóquio, em 2001, interessei-me por uns bonecos que eram vendidos nas feiras de antiguidade da cidade, às vezes ao ar livre. Ningyo significa "forma humana": nin (humano, gente) e gyo (forma). No Japão, esses bonecos têm função mais ampla que a de um simples brinquedo. São uma celebração da infância e o cadinho da esperança dos pais em uma vida harmoniosa e bem-sucedida para seus filhos.

Eles não se prestam para brincar e não fazem parte do universo lúdico infantil. São, antes, fetiches carregados de simbologia. São expostos por cerca de 15 dias, em datas específicas – o Dia das Meninas e o Dia dos Meninos – e depois recolhidos, cuidadosamente guardados em caixas e passados de geração em geração. Às vezes, são descartados para sempre, sobretudo os que não viabilizaram o almejado, pois acredita-se que tenham acumulado energia negativa.

Alguns são ofertados quando se visita um recém-nascido e representam imperadores e imperatrizes, belas jovens, samurais personagens do Nô, entidades benévolas, bebês saudáveis, ou seja, toda uma gama de individualidades que revelam os ideais mais profundos do (in)consciente coletivo japonês.

Os objetos aqui apresentados atravessaram os últimos 200 anos do Japão e mostram um viés pouco explorado, mas extremamente rico, da alma e da cultura japonesas.

O papel tem sido, desde sempre, um dos suportes preferidos pelas civilizações asiáticas. Poucas são as obras mais antigas em outro tipo de suporte – a seda, na China, é um deles. Utilizam-se vários tipos de vegetais para a fabricação do papel. No Japão, a maioria das pastas se faz a partir do washi, composto por fibras de arbustos nativos na região – kozo (Broussonetia papyrifera), gampi e mitsumata (Edgeworthia chrysantha) –, cuja produção continua até hoje, com técnicas milenares.

O washi foi considerado pela Unesco patrimônio cultural imaterial. O papel é suporte natural para os uktyo-e, em tradução literal, "retratos do mundo flutuante". Esse é um gênero de xilogravura que prosperou no Japão entre os séculos XVII e XIX. De início, destinava-se ao consumo pela classe mercante do período Edo (1603-1867), que buscava entretenimento nos teatros de kabuki e na região de Yoshiwara, em Tóquio, onde residiam as gueixas e as cortesãs. O termo ukiyo ("mundo flutuante") descrevia o estilo de vida hedonista daquela época. Mas as xilogravuras destinavam-se também a retratar os heróis e seus feitos, além das guerras em que o império japonês se envolveu no final do século XIX e início do XX.

Fausto Godoy – Doador da Coleção Asiática 

La exposición itinerante “Arte Japonés en la Colección del MON”, realizada por el Museo Oscar Niemeyer, lleva una sección de la colección asiática perteneciente a la institución al Memorial de la Inmigración Japonesa de Assaí, en el norte del estado. El lugar cuenta con la presencia de una enorme comunidad japonesa, directamente ligada a la colonización e historia de esta ciudad.

La exposición presenta al público una parte de la colección de los tradicionales muñecos japoneses Ningyos, así como máscaras, xilografías y utensilios, como bandejas y recipientes. En total, la exposición reúne 63 obras de arte que forman parte de la colección de arte asiático compuesta por más de tres mil piezas, donada al MON en 2018 por el embajador Fausto Godoy.

Mais uma vez, o Museu Oscar Niemeyer (MON) extrapola os limites de suas paredes, democratizando o acesso a seu acervo e alcançando públicos ainda maiores. Com a exposição “Arte Japonesa na Coleção do MON”, um recorte da coleção asiática, o MON presta uma homenagem à imensa comunidade japonesa de Assaí, que está diretamente ligada à colonização da cidade e que constrói a sua história.

É importante destacar que isso não seria possível sem o olhar especial que o Estado do Paraná, especialmente por meio da Secretaria da Cultura, tem dedicado a esse importante setor, priorizando sempre a descentralização das artes para que esta chegue a todos os públicos. Trata-se de uma gestão atenta e sensível, que acredita no papel transformador da cultura.

O momento é especialmente importante para o MON, que integra hoje o rol dos grandes museus internacionais. O tamanho e a relevância do seu acervo, que quintuplicou nos últimos anos e se tornou mais abrangente, foram fundamentais nessa trajetória, na qual é imensa a importância da coleção de arte asiática, com quase 3 mil obras, doada ao MON pelo diplomata Fausto Godoy.

A mostra apresentada aqui faz parte dessa coleção que, pelo seu tamanho e grandiosidade, constantemente nos surpreende com obras nunca antes expostas. Disputada por outras instituições do Brasil e por colecionadores do exterior, a coleção asiática que pertence ao MON – e aos paranaenses – permite inúmeras leituras e abordagens. 

A principal proposta do MON com a itinerância é facilitar os diálogos entre culturas e territórios por meio da arte. A exposição instiga e demonstra que o conhecimento, múltiplo e transversal, atravessa culturas, territórios e épocas. 

Diretora-presidente do Museu Oscar Niemeyer

Cena da guerra sino-japonesa, 1894-1895
Japão
Xilogravura
50,5 x 90 x 2 cm
Acervo Museu Oscar Niemeyer - Coleção Asiática

Sem título (Shi Shi - Ningyo), Era Meiji (1867-1812)
Madeira, metal, algodão, casca de ovo, cabelo e policromia
14 x 17 x 15,5 cm
Acervo Museu Oscar Niemeyer - Coleção Asiática

Memorial da Imigração Japonesa
Av. Rio de Janeiro, 720 — Assaí/PR
Lunes a viernes de 8:00 am a 11:30 am - 1:00 pm a 5:00 pm

MON lleva colección asiática al norte de Paraná

El Museo Oscar Niemeyer (MON) promueve la exposición itinerante “Arte Japonés en la Colección del MON”, con parte de la colección asiática que pertenece a la institución. La inauguración será el 16 de mayo, en el Memorial de la Inmigración Japonesa de Assaí, en el norte del estado. El lugar cuenta con la presencia de una gran comunidad japonesa, directamente ligada a la colonización e historia de esta ciudad.

“El Museo Oscar Niemeyer se mantiene firme en su misión de promover el amplio acceso a la cultura y la descentralización del arte por parte del Estado, directriz fundamental de nuestra gestión en la Secretaría de Estado de Cultura y Gobierno de Paraná”, afirma Luciana Casagrande Pereira, Secretaria de Estado de Cultura. “Es una gran alegría ver llegar el proyecto itinerante de la hermosa colección asiática del MON a Assaí, municipio que tiene presencia masiva de descendientes de japoneses, conectando arte, historia e identidad cultural”, dice.

La directora-presidente del Museo, Juliana Vosnika, comenta que la gran colección asiática, que hoy pertenece al MON y al pueblo paranaense, fue disputada por otras instituciones de Brasil y por coleccionistas del exterior.

“Con esta exposición, el Museo Oscar Niemeyer va más allá de los límites de sus muros, democratizando el acceso a su colección y llegando a públicos aún más amplios”, afirma. “Es importante resaltar que esto no sería posible sin la especial atención que el Estado de Paraná, especialmente a través de la Secretaría de Cultura, ha dedicado a este importante sector, priorizando siempre la descentralización de las artes para que llegue a todos los públicos”, dice Juliana.

También comenta que la principal propuesta del MON con la itinerancia es facilitar diálogos entre culturas y territorios a través del arte. “La exposición instiga y demuestra que el conocimiento, múltiple y transversal, atraviesa culturas, territorios y épocas”.

Tradicionalmente, los Ningyos son regalos auspiciosos para desear a los recién nacidos longevidad, salud y fertilidad. También son exhibidos por las familias en fechas especiales, y su misión es proteger y purificar las casas que los reciben.

El significado de la palabra Ningyo es “forma humana”: nin (humano, gente) y gyo (forma). “Estos objetos aquí presentados abarcan los últimos 200 años de Japón y muestran un aspecto poco explorado, pero extremadamente rico, del alma y la cultura japonesa”, comenta el donante de la colección al MON y curador de la exposición, Fausto Godoy.

La exposición itinerante “Arte Japonés en la Colección del MON”, realizada por el Museo Oscar Niemeyer, lleva una sección de la colección asiática perteneciente a la institución al Memorial de la Inmigración Japonesa de Assaí, en el norte del estado. El lugar cuenta con la presencia de una enorme comunidad japonesa, directamente ligada a la colonización e historia de esta ciudad.

La exposición presenta al público una parte de la colección de los tradicionales muñecos japoneses Ningyos, así como máscaras, xilografías y utensilios, como bandejas y recipientes. En total, la exposición reúne 63 obras de arte que forman parte de la colección de arte asiático compuesta por más de tres mil piezas, donada al MON en 2018 por el embajador Fausto Godoy.

Arte Japonés en la Colección del MON

La antigua metáfora de la potencia de los árboles nunca ha sido tan adecuada como cuando se asocia con los vínculos permanentes con nuestra Madre África. Si pensamos en las metáforas de los gigantescos baobabs, desde las referencias históricas más severas asociadas a la esclavitud por el “árbol del olvido” hasta las más suaves por el famoso árbol de El Principito, los aprendizajes que de allí se derivan serían análogos: “Te conviertes en eternamente responsable de lo que domesticas”, como dijo Saint-Exupéry.

Fortaleciendo los lazos institucionales, el Museo Oscar Niemeyer (MON) recibió esta importante donación de obras africanas de la Colección Ivani y Jorge Yunes (CIJY). A lo largo de más de 50 años, la pareja adquirió obras que abarcan cinco continentes. De África, son 1.700 objetos donados a la colección del Museo Oscar Niemeyer, al cual felicitamos por haber dado este paso oportuno, enriqueciendo su colección y, al mismo tiempo, todo el legado africano en Paraná y en Brasil.

Con la exposición de objetos de herencias culturales tan distintas, encontramos aquí un importante punto en común: dentro del Museo, estas artes se elevan a una misma plataforma artística, igualando el arte africano al nivel del arte mundial. He aquí una manera de honrar la ancestralidad visual del pasado y de abrir nuevos horizontes, rutas y perspectivas de este arte en el futuro.

Renato Araújo da Silva
Curador y especialista en Arte Africana

El Gobierno del Estado de Paraná tiene orgullo y se esfuerza para mantener instituciones culturales como el Museo Oscar Niemeyer, una de las entidades museísticas más importantes del mundo. Pero también entendemos que las políticas culturales deben promover e incentivar la democratización del arte y la cultura en todas las ciudades.

La extensión de la colección del MON para Cascavel, esta importante ciudad del Oeste que lidera una región con 54 municipios, es un hito para nuestra política de descentralización e intercambio.

Con ella, concretamos uno de los pilares de nuestro plan de gobierno para la Cultura, estableciendo un puente entre lo que el público de la capital y que visita Curitiba tiene acceso y la oportunidad de que nuevos públicos tengan contacto con este importante conjunto artístico.

Estar al frente de una unidad de la federación en un momento como el que pasamos con la pandemia es, al mismo tiempo, desafiante y extremadamente enriquecedor. Eso porque sabemos que además de las necesidades básicas, las personas necesitan la interacción con el arte.

La exposición “África, Expresiones Artísticas de un Continente” pone en perspectiva y exalta nuestra matriz africana a través de un conjunto fabuloso de obras. Algo que tiene mucho que revelarnos y enseñar a nuestros hijos y nietos. Es una satisfacción poder compartir esto con un número significativo de paranaenses.

Carlos Massa Ratinho Junior,
Gobernador de Paraná

Tener, Mantener y Compartir: son estos los 3 ejes que guían la Colección Ivani y Jorge Yunes (CIJY).

Al mirar el primer eje, mis padres vieron la oportunidad de concretar lo que ellos llamaban “deseo de mundo”.

Mundo, mundo, vasto mundo. Así defino la CIJY. A lo largo de cincuenta años de intercambios y aprendizajes, se expandió. Hoy está compuesta por piezas que abarcan veintidós siglos de historia, cinco continentes, técnicas y soportes de lo más diversos. Esa es su esencia.

Entre sus varios núcleos, el de arte africano tenía un lugar especial en el horizonte: la construcción de un museo que lo albergase. Ese era un gran sueño de Ivani y Jorge.

De forma natural, asumí junto a mi madre el compromiso de cuidar el segundo eje de la CIJY: Mantener.

Varios desarrollos como investigar, catalogar, restaurar y exponer forman parte del acto de coleccionar. ¡Qué responsabilidad tan placentera cuidar de este pequeño vasto mundo!

Recuerdo largas y nostálgicas conversaciones con mi padre, cuando citaba a Panta Rei, de Heráclito: todo fluye, nada permanece igual. El universo es un eterno fluir.

Eso nos lleva al tercer eje de la CIJY: Compartir.

La transferencia de nuestra Colección Afro, de su ámbito privado al Museo Oscar Niemeyer, nos honra mucho y finalmente concreta un antiguo sueño.

Entre tantos aprendizajes, el mayor fue la certeza de que el coleccionista tiene una biografía, mientras que los objetos tienen muchas.

Es en el compartir la colección con el público donde ocurre la alquimia. Nuevos diálogos, nuevas resignificaciones, nuevos horizontes.

Que el arte de África pueda llevarnos a puertos aún desconocidos. ¡Panta Rei!

Beatriz Yunes Guarita 
Colección Ivani y Jorge Yunes

Es con gran orgullo que la población de Cascavel y de la región Oeste de Paraná recibe esta extensión del Museo Oscar Niemeyer - MON, de Curitiba. Los museos son un camino hacia el pasado, un espacio de conocimiento, de preservación y de memoria de nuestra historia e identidad y también un lugar de conexión entre pasado, presente y futuro.

El MON en Cascavel viene a sumarse a nuestros otros espacios culturales como una nueva opción en nuestra ciudad y eso solo fue posible con la colaboración entre el Gobierno del Estado de Paraná, el Municipio de Cascavel y la Asociación de Amigos del MON. Este esfuerzo combinado fue imprescindible para la viabilidad de este proyecto.

En 2021, Cascavel fue considerada la tercera mejor ciudad de Brasil, por lo tanto, creo que invertir en el área cultural es fomentar el desarrollo del turismo y la generación de nuevos empleos para impulsar el comercio local y la industria creativa de la ciudad, traer nuevas divisas e impulsar aún más el desarrollo económico.

Con ese espíritu de colaboración, el arte africano, con obras de la colección de Jorge Yunes, fue elegido para abrir este camino. Son obras de arte que muestran la pujanza, la riqueza y la potencia de una de las matrices étnicas en la formación del pueblo brasileño y de nuestra identidad.

Con la recepción del MON en Cascavel, el Complejo Cultural Sefrin Filho pasa al hall de los grandes complejos culturales existentes en el país. Son 12,402 metros cuadrados de área dedicados al acceso y al disfrute del arte, de la memoria artística y cultural de nuestra ciudad.

Leonaldo Paranhos da Silva
Alcalde de Cascavel

Llevar arte y cultura más allá de los espacios consagrados, como museos, teatros e instituciones, es una de las nobles premisas de la actual gestión del Gobierno Estatal. La realización de esta – que es una de las exposiciones más significativas del Museo Oscar Niemeyer – fuera de los límites físicos del MON comprueba el deseo de democratizar la cultura, llevándola al público.

La muestra “África – Expresiones Artísticas de un Continente”, exposición itinerante que ahora llega a la región Oeste de nuestro Estado, es la consolidación de un largo y minucioso proceso que culminó con la llegada de una de las colecciones de arte africano contemporáneo más importantes y significativas al MON y, consecuentemente, a los paranaenses.

Esta exposición es una selección de la generosa donación de aproximadamente 1.700 obras de arte africano, fruto de una colaboración entre el Museo Oscar Niemeyer y la Colección Ivani y Jorge Yunes (CIJY), de São Paulo. Desde 2021, la colección pertenece al Estado de Paraná.

El mayor museo de arte de América Latina, con un espacio superior a 35 mil metros cuadrados de área construida, de los cuales 17 mil metros cuadrados son para exposiciones, el MON es un patrimonio estatal vinculado a la Secretaría de Estado de la Comunicación Social y de la Cultura de Paraná.

Con su natural vocación para artes visuales, arquitectura y diseño, cuenta con colecciones asiáticas y africanas. En los últimos años, su acervo se ha triplicado en tamaño y hoy cuenta con más de 9 mil piezas, lo que lo consolida como uno de los más importantes del país.

Forma parte de la misión del Museo, además de coleccionar y exponer, proporcionar experiencias transformadoras y diálogos entre el público y el arte. El objetivo es hacer que el MON sea cada vez más dinámico y activo, tanto a nivel nacional como internacional.

Esto no sería posible sin la atención especial que el Estado de Paraná ha dedicado al sector cultural. Afortunadamente, esta es una gestión muy atenta y sensible que cree en el papel transformador del arte y la cultura.

Entendemos que un museo existe a partir de su colección, pero es la interacción entre el público y sus obras lo que difunde cultura y conocimiento, bienes que nos hacen más humanos. Estamos seguros de que la grandiosa colección de arte africano ofrecerá al público de Paraná experiencias intrigantes y enriquecedoras.

Juliana Vellozo Almeida Vosnika
Directora-presidenta del Museo Oscar Niemeyer

Costa de Marfil
Madera pintada
42 x 20 x 13 cm

Reino de Benín (Nigeria)
Aleación metálica
33,5 x 28 x 20 cm

Costa de Marfil
Madera pintada
31,5 x 16,5 x 4,5 cm

africa-cascavel-pt-br.pdf

África, Expresiones Artísticas de un Continente - Itinerante Cascavel

África, Expresiones Artísticas de un Continente

“La Violencia bajo la Delicadeza – Latigazos” presenta una selección del trabajo de la artista Vera Martins, quien tuvo una exposición individual realizada por el Museo Oscar Niemeyer, de octubre de 2020 a marzo de 2021.

Las obras aquí presentadas son inéditas, pero el proceso desarrollado es el mismo. Deshilachar la tela, que es el soporte de la pintura, transformar los hilos en látigos-pinceles y aplicar los gestos permiten una mediación entre los tres principales elementos del sistema del arte que son el artista, el espectador y la obra.

Al traer un poco del Museo Oscar Niemeyer a otros municipios del Estado a través de exposiciones itinerantes, la institución extiende su actuación. Al mismo tiempo, deja una invitación para la integración cada vez mayor de la cultura paranaense.

Vera Martins, La Violencia Bajo la Delicadeza - Guarapuava

Teatro Municipal Marina Karam Primak
R. Padre Chagas, 3151 - Centro, Guarapuava - PR

vera_martins_pt-br.pdf

Vera Martins - La Violencia Bajo la Delicadeza, Guarapuava

La Violencia Bajo la Delicadeza - Guarapuava

Los Ningyos ocupan un lugar en la sociedad japonesa muy diferente al de las muñecas en Occidente. Para nosotros, son juguetes, mientras que en Japón, son objetos llenos de significados milenarios, evocando una atmósfera mágica y ritualista. Son muy valiosos, frágiles y se guardan como tesoros familiares. Las muñecas presentadas aquí pertenecen a la excepcional colección asiática donada por el embajador Fausto Godoy al Museo Oscar Niemeyer y forman un conjunto significativo.

La exposición se abre con los Gosho-Ningyos, niños regordetes y adorables con caras amigables. Se dan como regalos auspiciosos, deseando salud, éxito o protección, y su nombre significa 'procedentes del palacio'. La mayoría de las piezas pertenecen al Hina Matsuri (Día de las Niñas), celebrado en Japón el 3 de marzo, cuyo objetivo original era asegurar un buen matrimonio para las niñas. El altar representa una corte imperial del período Heian (794-1192). Hay 15 figuras dispuestas en una escalera roja de siete peldaños, siguiendo un orden estricto: la pareja imperial, tres damas de la corte, cinco músicos, dos guardias, tres heraldos y, en los dos últimos escalones, ofrendas o accesorios. También es costumbre regalar Kyobinas a las niñas en este día; son muñecas delicadas que simbolizan la belleza.

El Gogatsu-no-Sekku (Día de los Niños) se celebra cerca de finales de mayo. Durante esta celebración, los Musha-Ningyos, figuras impresionantes con armadura completa y rostros enérgicos y orgullosos, se exhiben. Representan a los samuráis, cuyas cualidades de coraje, honor y lealtad los padres desean para sus hijos varones.

Mágico y encantado, el sofisticado mundo de los Ningyos representa el amor de los padres por sus hijos, el eterno deseo de que los niños y niñas tengan éxito y sean felices.

Tan pronto como llegué a Tokio en 2001, me interesaron unas muñecas que se vendían en las ferias de antigüedades de la ciudad, a veces al aire libre. Ningyo significa “forma humana”: nin (humano, gente) y gyo (forma). En Japón, estas muñecas tienen una función más amplia que la de un mero juguete. Son una celebración de la infancia y el crisol de la esperanza de los padres por una vida armoniosa y exitosa para sus hijos.

No están destinadas al juego y no forman parte del universo lúdico de los niños. Más bien, son fetiches cargados de simbolismo. Se exhiben durante unos 15 días en fechas específicas – el Día de las Niñas y el Día de los Niños – y luego se recogen, se guardan cuidadosamente en cajas y se transmiten de generación en generación. A veces se descartan para siempre, especialmente aquellas que no cumplieron su propósito, ya que se cree que han acumulado energía negativa.

Algunas se ofrecen al visitar a un recién nacido y representan emperadores y emperatrices, jóvenes hermosos, samuráis, personajes del Noh, entidades benevolentes, bebés saludables, es decir, toda una gama de individualidades que revelan los ideales más profundos del colectivo (sub)consciente japonés.

Los objetos presentados aquí han abarcado los últimos 200 años de Japón y muestran un aspecto poco explorado pero extremadamente rico del alma y la cultura japonesas.

La exposición “El Mundo Mágico de los Ningyos,” organizada por el Museo Oscar Niemeyer (MON), presenta al público una colección de muñecas japonesas que forman parte de la colección de arte asiático compuesta por más de tres mil piezas y recientemente donada por el Embajador Fausto Godoy al MON.

Una de las mayores colecciones de arte asiático en América Latina, que pertenece a la colección del Museo Oscar Niemeyer (MON) gracias a una generosa donación de tres mil obras realizada por el Profesor Fausto Godoy, se presenta aquí en una selección muy cautivadora.

'El Mundo Mágico de los Ningyos' lleva al público las admirables muñecas japonesas que, en ese país, van más allá del juego infantil. Mucho más que juguetes, son objetos de fuerte simbolismo, revelando costumbres y cultura japonesas.

Organizada por el Museo Oscar Niemeyer, la exposición cumple con la misión más noble e importante del museo de difundir el conocimiento y democratizar el arte y la cultura.

Al presentar esta importante dimensión simbólica y estética de la cultura japonesa, el MON invita a la reflexión sobre las manifestaciones culturales de diferentes regiones y países y sobre lo que nos conecta como individuos y como sociedad.

Juliana Vellozo Almeida Vosnika
Directora-Presidenta del Museo Oscar Niemeyer

La exposición 'El Mundo Mágico de los Ningyos', organizada por el Museo Oscar Niemeyer (MON), presenta al público una colección de muñecas japonesas que forman parte de la colección de arte asiático compuesta por más de tres mil piezas recientemente donadas por el embajador Fausto Godoy al MON.

Era Showa (1926-1989)
porcelana, aserrín, tela, papel y seda

Era Meiji (1867-1912)
gofun, aserrín, tela, metal, madera lacada, seda

Era Edo (1603-1868)
gofun, aserrín, tela, y ojos de vidrio de seda

Museo Atílio Rocco
R. Quinze de Novembro, 1660 - Centro, São José dos Pinhais - PR

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El Mundo Mágico de los Ningyos, viajando por São José dos Pinhais

Dentro del espíritu constructivo brasileño, tan venerado como importante, la obra de Antonio Arney representa una rara excepción estética para el panorama del arte. Por el momento histórico del cual forma parte y por la geografía de donde se proyecta, esta lateralidad temporal y local, con respecto a una lengua franca artística, significa una poética, savia nueva, cosmovisión e incorporación de elementos heterodoxos, no catalogados hasta entonces en este repertorio visual.

Se trata de una obra ascética que gira alrededor de una misma matriz generadora, que es, al mismo tiempo, abstracta y matérica, profundizando y modulando una investigación coherente con sucesivas variaciones, modulaciones. Un inesperado y sumergido lado serial de su trabajo; quiere ser más infinito o variable que delimitado o fijado (su pintura es iconográficamente obsesiva en su investigación de campo, como en Morandi, Fontana, Volpi, Mondrian, Van Velde, entre otros).

De hecho, la conciliación de un proyecto riguroso y una materialidad erosionada, permite a esta pintura encarnar en su construcción cierta fragancia de las cosas (memoria o función). Nos acerca a ellas, ya sea por los inusuales elementos en juego (chapas de madera, tornillos, papeles teñidos, mamparas, objetos), o por la disposición visual de su configuración (formas, iconografía, colores). Un corpus que es singular por erigir una imaginería paradójica de elementos geométricos mediante materiales usados y residuos, aportando una oblicua porosidad pintura-mundo. Es un collage inusitado que se ofrece como ventana, escenario o incluso fachada arquitectónica, en la memoria del tiempo y del mundo (el vínculo de la vida, el espacio, la representación).

Sin embargo, aquí, la ilusión pictórica es negada: esta pintura no quiere resumirse en la pura bidimensionalidad, en el estricto límite de la planitud (su característica ilusionista o de visión más allá). La propia superficie es redimensionada con una aprehensión y sensación espacial diferente, más física. En su última pintura-arquitectura llena de bóvedas, arcos, arcadas, frisos, columnas, batientes, persianas... se construye un tipo de arquitectura-objetual, es decir, casi una maqueta pictórica. ¿O serían modelos de una pintura-arquitectura mayor?

De cualquier manera, hay una solicitud de presencia y relación que se amplía en esta pintura, pues las piezas 'esculturizadas' de Arney quieren traernos a una contingencia, una proximidad y no un escapismo visual o una fantasía lejana de quien huye del aquí y ahora. Y a pesar de las composiciones simétricas, del manifiesto equilibrio de sus cuadros, su contribución simbólica no es trascendentalista, sino fruto de la era de la incertidumbre en la que estamos instalados.

El medio siglo de producción del artista representa un legado y nos invita a reconocer un mapa pictórico propio, autodidacta y particular. La provocación estética en la obra de Arney realinea el desperdicio y subyuga los órdenes visuales dominantes. Como un constructo para la supervivencia, enseña a conjugar reajustes: nosotros con los demás, las cosas, la ciudad, la naturaleza. Es el tiempo de percibir la búsqueda de posibles cambios en activación, nuevos adhesivos o games.

De este modo, la omnipresente materialidad de esta pintura montada, atornillada, concertada parece simbolizar el poder callado de sus imágenes. Entonces su áspero secreto, mitad real-irreal o ficcional, en suma, es el lugar de lo inmaterial en el que las formas y las estructuras son un valor, una pauta permanente de trabajo. El imaginario de Arney (más pegado al suelo que Rubem Valentim, otro constructivo fuera de los estándares) está hecho a través de ecuaciones visuales que nunca desvelan la incógnita: al valor de lo exacto se une el valor de lo irregular, como dos medidas-estructuras per se, contradictorias del artista, de su lenguaje independiente. Esta pintura mantiene una doble vida precaria. Promete una alegoría visual intrigante: esa dialéctica entre la transparencia y la opacidad - 'ficciones útiles', según Artur Freitas - no busca resolverse nunca. En el fondo, toda la obra de Antonio Arney representa un espacio pictórico entre cosas disímiles, una poética del intervalo.

Adolfo Montejo Navas & Eliane Prolik
Curadores

El Gobierno del Estado de Paraná y la Secretaría de Comunicación Social y Cultura del Estado de Paraná, a través del Museo Oscar Niemeyer, con el apoyo del Ayuntamiento de Guarapuava a través de la Secretaría Municipal de Educación y Cultura, se complacen en presentar al público la exposición 'Estructuras y Valores', del artista paranaense Antonio Arney, quien tiene una larga y consistente trayectoria, con más de 60 años de conocimiento y experiencia.

El Gobierno del Estado de Paraná y la Secretaría de Comunicación Social y Cultura del Estado de Paraná, a través del Museo Oscar Niemeyer, con el apoyo de la Municipalidad de Guarapuava a través de la Secretaría Municipal de Educación y Cultura, tienen el placer de presentar al público la exposición 'Estructuras y Valores', del artista paranaense Antonio Arney, quien tiene una trayectoria larga y consistente, con más de 60 años de conocimiento y experiencia.

Las obras en madera de Arney nos remiten a un mundo construido con respeto a la naturaleza, proveniente de los árboles y del saber agregar elementos, así como de sus valores de vida: el paisaje, la ciudad, los demás, la casa y la arquitectura social.

El artista nos señala nuevos significados, potencias y descubrimientos y nos lleva a reflexionar sobre la reutilización, la sostenibilidad y el reciclaje, así como sobre la importancia de la memoria de las cosas y del tiempo, temas siempre actuales y relevantes.

Traer un poco del Museo Oscar Niemeyer a esta ciudad es una manera de extender la actuación del Museo y de proporcionar y fomentar nuevos encuentros con el arte. Al mismo tiempo es una propuesta para una mayor integración de los espacios culturales de nuestro Estado.

Antonio Arney, Estructuras y Valores - Guarapuava

2015 | Collage, relieve, pintura | 50 x 63 x 8 cm

2015 | Collage, relieve, pintura | 60 x 50 x 8 cm

2011 | Collage, relieve, pintura | 59,5 x 50 x 6 cm

2015 | Collage, relieve, pintura | 59,5 x 50 x 10,5 cm

1978 | Collage, relieve, pintura | 103 x 131 cm

2018 | Collage, relieve, pintura | 58 x 43,5 x 13 cm

Centro de Artes Iracema Trinco Ribeiro
R. Mal. Floriano Peixoto, 1399 - Centro, Guarapuava - PR

Antonio Arney Estructuras y Valores - Guarapuava

Dentro del espíritu constructivo brasileño, tan venerado como importante, la obra de Antonio Arney representa una rara excepción estética para el panorama del arte. Por el momento histórico del cual forma parte y por la geografía desde donde se proyecta, esta lateralidad temporal y local, con respecto a una lengua franca artística, significa una poética, una savia nueva, una cosmovisión y una incorporación de elementos heterodoxos, no catalogados hasta entonces en ese repertorio visual.

Se trata de una obra ascética que gira en torno a una misma matriz generadora, que es, al mismo tiempo, abstracta y matéric, profundizando y modulando una investigación coherente con sucesivas variaciones, modulaciones. Un lado serial insospechado y sumergido de su trabajo; quiere ser más infinito o variable que delimitado o fijado (su pintura es iconográficamente obsesiva en su investigación de campo, como en Morandi, Fontana, Volpi, Mondrian, Van Velde, entre otros).

De hecho, la conciliación de un proyecto riguroso y una materialidad erosionada, permite que esta pintura encarne en su construcción cierto perfume de las cosas (memoria o función). Nos acerca a ellas, ya sea por los inusuales elementos en juego (chapas de madera, tornillos, papeles teñidos, antepechos, objetos), ya sea por la disposición visual de su configuración (formas, iconografía, colores). Un corpus que es singular por erigir una imaginería paradójica de elementos geométricos a través de materiales usados y de desechos, aportando una oblicua porosidad pintura-mundo. Es un collage inusitado que se ofrece como ventana, escenario o incluso fachada arquitectónica, en la memoria del tiempo y del mundo (el eslabón de la vida, el espacio, la representación).

Sin embargo, aquí, la ilusión pictórica es negada: esta pintura no quiere resumirse en la pura bidimensionalidad, en el estricto límite del plano (su característica ilusionista o de visión más allá). La propia superficie está redimensionada con una aprehensión y sensación espacial diferente, más física. En su última pintura-arquitectura llena de cúpulas, arcos, arcadas, frisos, columnas, ventanales, persianas... se construye un tipo de arquitectura-objetual, es decir, casi una maqueta pictórica. ¿O serían modelos de una pintura-arquitectura mayor?

De cualquier forma, hay una solicitud de presencia y relación que se amplía en esta pintura, pues las piezas “esculturizadas” de Arney quieren traernos a una contingencia, una proximidad y no a un escapismo visual o una fantasía lejana de quien huye del aquí y ahora. Y a pesar de las composiciones simétricas, del manifiesto equilibrio de sus cuadros, su contribución simbólica no es trascendentalista sino fruto de la era de la incertidumbre en la que estamos instalados.

El medio siglo de producción del artista representa un legado y nos invita a reconocer un mapa pictórico propio, autodidacta y particular. La provocación estética en la obra de Arney realinea el desperdicio y subyuga los órdenes visuales dominantes. Como un constructo para la supervivencia, enseña a conjugar reacomodos: nosotros con los demás, las cosas, la ciudad, la naturaleza. Es el tiempo para percibir posibles cambios en activación, nuevos apegos o juegos.

De este modo, la omnipresente materialidad de esta pintura montada, atornillada, corregida parece simbolizar el poder callado de sus imágenes. Entonces su áspero secreto, mitad real-irreal o ficticio, en suma, es el lugar de lo inmaterial donde las formas y las estructuras son un valor, una pauta permanente de trabajo. El imaginario de Arney (más cerca del suelo que Rubem Valentim, otro constructivo fuera de los estándares) se crea a través de ecuaciones visuales que nunca revelan la incógnita: al valor de lo exacto se une el valor de lo irregular, como dos medidas-estructuras per se, contradictorias del artista, de su lenguaje independiente. Esta pintura mantiene una doble vida precaria. Promete una alegoría visual intrigante: esa dialéctica entre la transparencia y la opacidad – “ficciones útiles”, según Artur Freitas – no se quiere resolver nunca. En el fondo, toda la obra de Antonio Arney representa un espacio pictórico entre cosas disímiles, una poética del intervalo.

El Museo Oscar Niemeyer trae al público de Piraquara, tierra natal del artista Antonio Arney, la exposición “Estructuras y Valores”. Sus coterráneos podrán ver en esta muestra un poco de la larga y consistente trayectoria, con más de 60 años de producción artística.

Las obras en madera de Arney nos remiten a un mundo construido en respeto a la naturaleza, proveniente de los árboles y del saber agregar elementos, así como los valores de la vida: el paisaje, la ciudad, los otros, la casa o una arquitectura social.

El artista nos señala nuevos significados, potencias y descubrimientos y nos lleva a reflexionar sobre el reuso, la sostenibilidad y el reciclaje, así como sobre la importancia de la memoria de las cosas, del tiempo, temas siempre actuales y relevantes.

Al traer un poco del Museo Oscar Niemeyer a otros municipios del Estado a través de itinerancias, la institución extiende su actuación. Al mismo tiempo, deja una invitación para la integración cada vez mayor de la cultura paranaense.

Antonio Arney, Estructuras y Valores - Piraquara

Casa de la Memoria Manoel Alves Pereira
Av. Getúlio Vargas, nº 67 - Centro, Piraquara - PR

Antonio Arney Estructuras y Valores - Piraquara

La exposición “Poty, de todos nós”, con curaduría del equipo técnico del Museo Oscar Niemeyer (Curitiba-PR), narra el trabajo del grabador, ilustrador y muralista paranaense Poty Lazzarotto (1924 a 1998), quien tuvo un papel fundamental en el arte y la cultura de Brasil y del mundo.

Poty Lazzarotto es poeta del trazo. En el tema, en la forma, en el color, en blanco y negro. Describía lo que veía, lo que sucedía. En las fábricas, en las calles, en los burdeles. También describió torturas, demonios y escenas eróticas. Retrató la relación del hombre con su oficio. Imprimió fuerza al trazo, trajo ligereza al cotidiano.

Poty vivió en São Paulo, en 1950, cuando fundó la Escuela Libre de Artes Plásticas. Creó paneles para el Memorial de América Latina y fue ilustrador del libro “Novelas Paulistas”, de Antonio de Alcântara Machado.

Inició los murales con madera. Como ilustrador fue un historiador. Contó la historia de su infancia, de un niño de periferia, de un niño feliz. Vida simple. Describió a sus abuelos, padres y hermano. El dibujo de Poty siempre fue algo sin precedentes. No había monotonía, no había la pretensión de ser moderno o vanguardista. Poty siempre fue él mismo.

La síntesis del paisaje trasciende el dibujo. Cuando dibuja un pino, lo recorta, como si imprimiera otro significado al objeto. El simbolismo se convierte en real, Poty va más allá. El sujeto y el objeto se encuentran en el trazo distintivo de Poty, revelando la calidad de su trabajo. Como grabador y contemporáneo de Goeldi, describe más el cotidiano que el paisaje: hacía poesía del día a día.

Poty de todos nós

En el año en que Itaipu celebra su 40º aniversario, el Ecomuseo de Itaipu tiene el privilegio de recibir la exposición "Poty, el poeta del trazo", realizada en colaboración con el Museo Oscar Niemeyer (MON) y la familia del artista.

Poty Lazzarotto es un poeta del trazo. En el tema, en la forma, en el color, en el blanco y negro. Describía lo que veía, lo que sucedía. En las fábricas, en las calles, en los prostíbulos. También describió torturas, demonios y escenas eróticas. Retrató la relación del hombre con su oficio. Imprimió fuerza al trazo, aportó ligereza a lo cotidiano.

Comenzó los murales con madera. Como ilustrador fue un historiador. Contó la historia de su infancia, de un niño de la periferia, de un niño feliz. Vida sencilla. Describió a sus abuelos, padres y hermano. El dibujo de Poty siempre fue algo sin precedentes. No había monotonía, no había la pretensión de ser moderno o vanguardista. Poty era él mismo, siempre.

La síntesis del paisaje trasciende el dibujo. Cuando dibuja un pino, lo recorta, como si imprimiera otro significado al objeto. El simbolismo se vuelve real, Poty va más allá. El sujeto y el objeto se encuentran en el marcado trazo de Poty, revelando la calidad de su trabajo. Como grabador y contemporáneo de Goeldi, describe el cotidiano más que el paisaje: hacía poesía del día a día.


"(...) si Paraná no produce a partir de ahora más artistas, solo con Poty estará por delante de todas las demás provincias brasileñas."

Para nosotros en Itaipu, es un inmenso orgullo homenajear a Poty Lazzarotto, uno de los principales artistas brasileños y paranaenses del siglo XX. Maestro de las artes visuales y figura intelectual de gran estatura, su obra refleja el dinamismo de un artista versátil, multitalentoso y prolífico.

Más conocido por sus trabajos monumentales, en espacios abiertos, como los murales esparcidos por Curitiba y varias otras ciudades de Brasil y del exterior, dejó una vasta y variada producción de dibujos, grabados, paneles, vitrales, serigrafía y litografía.

Una pequeña parte de sus trabajos más representativos en dibujos y grabados, seleccionados meticulosamente, podrá ser vista en el Ecomuseo de Itaipu.

En realidad, esta exposición marca el reencuentro entre Poty e Itaipu, una colaboración sellada en 1998, cuando aceptó la invitación de la hidroeléctrica para crear un panel en homenaje a los más de 100 mil operarios que participaron en su construcción. El destino quiso que este fuera su último gran proyecto.

El magnífico “Panel del Barragero”, estratégicamente ubicado en el Mirador Central de la planta de Itaipú, ejecutado en colaboración con Adoaldo Renato Lenzi, solo se inauguraría póstumamente, en noviembre de ese año, alrededor de seis meses después del fallecimiento de Poty.

En la realización de sus murales, aunque utilizaba diversos materiales, Poty tenía una clara predilección por el concreto expuesto. Itaipú, una de las mayores obras en concreto armado del mundo, ofrecía el escenario perfecto para un mural con su inconfundible trazo.

Como no podría ser de otra manera, el Panel del Barragero, con 25 metros de longitud y 3,5 m de ancho, está formado por un arco con una cara de azulejo y la otra en concreto en alto relieve. El trazo del artista dio ligereza estética al duro trabajo de los barrageros que levantaron la monumental obra de Itaipú.

Maestro del oficio, Poty conquistó merecido reconocimiento en vida. Su contribución al desarrollo de las artes visuales brasileñas lo coloca definitivamente en el panteón de los más grandes artistas del siglo XX. Esta exposición rinde, por lo tanto, el debido tributo a un artista seminal para la formación de la identidad artística paranaense.

Al abrir las puertas para “Poty, el poeta del trazo”, el Ecomuseo de Itaipú cierra 2015 con broche de oro, regalando a Foz de Iguazú, en su centenario, otra bellísima exposición.

 Jorge M. Samek 
Director General Brasileño de ITAIPU Binacional

Poty, poeta del trazo

Organizada por el equipo técnico del Museo Oscar Niemeyer, con el apoyo del Gobierno de Paraná, la exposición “Trayectorias de la Mirada” reúne 41 obras, todas pinturas (óleo sobre lienzo), de artistas representativos que desarrollaron sus producciones en Paraná. En el conjunto, hay trabajos de algunos de los principales representantes del arte producido en el Estado, desde la década de 1950 hasta la de 1970.

Entre los 28 artistas presentes en la muestra se encuentran Theodoro De Bona, Guido Viaro, Rogério Dias, Calderari, Ida Hanemman de Campos, Euro Brandão, Violeta Franco, Leila Pugnaloni, Osmar Chromiec, Mazé y Jair Mendes, Luiz Eduardo Zimmermann, Domício Pedroso, Fernando Velloso, Jefferson César, Paul Garfunkel, Nilo Previdi, Rubem Esmanhoto, Ricardo Koch, Mário Rubinski, Alberto Massuda, Wilson de A. e Silva, René Bittencourt, João Ozório Brzezinski, Euro Brandão, Álvaro Borges, Leonor Botteri y Alberto Massuda.

Organizada por el equipo técnico del Museo Oscar Niemeyer, con el apoyo del Gobierno de Paraná, la exposición “Trayectorias de la Mirada” reúne 41 obras, todas pinturas (óleo sobre lienzo), de artistas representativos que desarrollaron sus producciones en Paraná. En el conjunto, hay trabajos de algunos de los principales representantes del arte producido en el Estado, desde la década de 1950 hasta la de 1970.

Mario Rubinski
Óleo sobre tabla de madera aglomerada
57 x 57

Foz do Iguaçu – Espacio Antonio Cabral de Mendonça
Cascavel – Museo de Arte de Cascavel
Londrina – Museo de Arte de Londrina
Maringá – Teatro Calil Hadad

Exposições itinerantes realizadas

Poty

Arte Japonés en la Colección del MON

África, Expresiones Artísticas de un Continente

Vera Martins

El Mundo Mágico de los Ningyos

Antonio Arney

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