
Sonhos de Cinema
Arte para la séptima arte
La muestra “Sonhos de Cinema: Arte para a Sétima Arte” presenta una selección de 75 carteles creados por renombrados artistas gráficos cubanos. Con curaduría de Jean-François Couvreur y curaduría adjunta de Jhon Voese, la exposición realizada por el Museu Oscar Niemeyer puede visitarse en la Sala 11, a partir del día 13/9.
La mayoría de los carteles se realizó completamente a mano, lo que les otorga una gran riqueza de texturas, colores intensos y trazos auténticos. Creaciones de artistas como René Azcuy Cárdenas, Eduardo Muñoz Bachs, Antonio Pérez González (Ñiko) y Antonio Fernández Reboiro permiten un recorrido por el diseño gráfico cubano de las décadas de 1960 y 1970.
Artista
Azcuy, Bachs, Cabrera Moreno, Julioeloy, Ñiko, Reboiro
Curaduría
Jean-François Couvreur
Abertura
13 de setembro de 2025, 15h
Período de exhibición
De 13 de setembro de 2025
Hasta 1 de março de 2026
Local
Sala 11
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El MON realiza una exposición de diseño de carteles cubanos para cine
La exposición inédita realizada por el Museu Oscar Niemeyer, “Sonhos de Cinema: Arte para a Sétima Arte”, presenta una selección de 75 carteles icónicos creados por renombrados artistas gráficos cubanos. Con curaduría de Jean-François Couvreur y curaduría adjunta de Jhon Voese, la muestra se inaugurará en la Sala 11, el 13/9, al mediodía, con entrada gratuita en ese horario.
“Los carteles cubanos son verdaderas obras de arte que cuentan historias más allá del cine. Esperamos que esta exposición aproxime al público del MON a una producción gráfica innovadora, marcada por la libertad creativa y el diálogo entre culturas”, afirma la secretaria de Estado de Cultura, Luciana Casagrande Pereira.
“La exposición deberá inspirar a diseñadores y cautivar a cinéfilos al reunir estos dos caminos artísticos”, comenta la directora-presidenta del MON, Juliana Vosnika. “En la mayoría de los lugares del mundo los carteles de películas son similares, pero en la Cuba de Fidel Castro los artistas disponían de total libertad para crear imágenes inéditas de clásicos de la séptima arte”, señala.
“Aquí tenemos una rica colección de esos trabajos, que, a través de increíbles dibujos, revelan formas peculiares de mirar. Esta diversidad creativa estuvo influenciada por el Pop Art, la psicodelia y las artes europeas y orientales”, afirma Juliana.
La mayoría de los carteles se realizaba completamente a mano, garantizando riqueza de textura, colores intensos y trazos auténticos. Reconocidos internacionalmente por la Unesco por su valor e importancia, los carteles cubanos de películas son notables por su creatividad y calidad gráfica incuestionable.
Creados por artistas como René Azcuy Cárdenas, Eduardo Muñoz Bachs, Antonio Pérez González (Ñiko) y Antonio Fernández Reboiro, los carteles permiten un recorrido por el diseño gráfico cubano de las décadas de 1960 y 1970, destacando la influencia del cine y de la cultura política en América Latina. Las piezas son originales, muchas firmadas por los autores. Impresos en serigrafía, algunos carteles son en blanco y negro y otros en policromía.
La muestra no solo resalta la rica tradición artística cubana, sino también conecta al público con prácticas culturales que trascienden fronteras, estableciendo un nexo entre el diseño gráfico y los relatos históricos de América Latina. Esta muestra reafirma la vocación del MON de promover exposiciones que establezcan diálogos entre arte y diseño.
Según el curador, en las décadas de 1960 y 1970, Cuba importó muchas películas occidentales, principalmente europeas. “Los diseñadores cubanos adoptaron la serigrafía, que se convirtió en una característica de la cultura gráfica de ese país. Este proceso, similar al de la serigrafía artística, implicaba el uso de esténcils entre la tinta y el soporte. Cada artista concebía el dibujo, creaba sus colores y producía el cartel, lo que influyó fuertemente en el estilo de los carteles”, informa Jean-François Couvreur.
Imágenes
Materiales de la exposición
Sonhos de Cinema: Arte para a sétima arte
Antes de los años 60, el cartel cubano era esencialmente comercial e influenciado por Estados Unidos. Sin embargo, tras la llegada de Fidel Castro al poder, se convirtió en un instrumento político y cultural. En marzo de 1959, después de la revolución, se creó el Instituto Cubano de Arte y Industria Cinematográfica (ICAIC). Esta organización cultural desempeñó un papel central en la producción de carteles de películas, inspirando la creación de obras originales firmadas por sus autores y dando lugar a un estilo único y una escuela gráfica propia. Los carteles culturales estaban mayoritariamente dedicados al cine y a los documentales, considerados por Fidel Castro instrumentos esenciales para la educación del pueblo cubano.
Bajo el liderazgo de Castro, los diseñadores cubanos gozaron de total libertad, rompiendo con el modelo americano, que se centraba en el nombre de la película, los actores principales y una escena del film, modelo que aún se utiliza en muchos países. Esta libertad permitió a los diseñadores cubanos reinterpretar las películas de manera independiente y superar los códigos gráficos tradicionales. Influenciados por los movimientos modernistas, se inspiraron en el Pop Art, el arte cinético, el collage surrealista y la psicodelia. El diseño gráfico norteamericano, especialmente los cómics, las portadas de revistas y artistas como Saul Bass y Andy Warhol, también dejaron su huella.
En las décadas de 1960 y 1970, Cuba importó muchas películas occidentales, principalmente europeas. Los diseñadores cubanos adoptaron la serigrafía, que se convirtió en una seña de identidad de la cultura gráfica cubana. Este proceso, similar al de la serigrafía artística, utilizaba esténciles entre la tinta y el soporte. Cada artista concebía el dibujo, creaba sus colores y producía el cartel, lo que influyó fuertemente en el estilo de los carteles. Las restricciones técnicas, como el tamaño de la impresión, y la limitación de los volúmenes a grandes áreas de colores vivos con contornos nítidos, también moldearon la identidad gráfica de los carteles cubanos.
Jean-François Couvreur
Curador
La exposición inédita realizada por el Museu Oscar Niemeyer, “Sonhos de Cinema: Arte para a Sétima Arte”, debería inspirar a diseñadores y encantar a cinéfilos al reunir estas dos vertientes artísticas.
Los carteles de películas son similares en la mayoría de los lugares del mundo, pero en la Cuba de Fidel Castro los artistas disponían de total libertad para crear imágenes inéditas de clásicos del séptimo arte. Alentados a experimentar con formas abstractas, minimalistas y simbólicas, los diseñadores realizaron ilustraciones tan impactantes como las propias películas anunciadas.
Aquí tenemos una rica colección de estos registros, que, a través de increíbles dibujos, revelan formas peculiares de mirar. Esta diversidad creativa estuvo influenciada por el Pop Art, la psicodelia y las artes europea y oriental.
La mayoría de los carteles se realizó completamente a mano, garantizando riqueza de textura, colores intensos y trazos auténticos. Reconocidos internacionalmente por la UNESCO por su valor e importancia, los carteles cubanos de cine son célebres por su creatividad y calidad gráfica incuestionable.
Por todo ello, se consideran piezas importantes de arte, no solo como herramientas de publicidad, sino también por su relevancia cultural.
Al traer esta significativa muestra al visitante, el MON ratifica su misión: coleccionar y exponer artes visuales, arquitectura y diseño, proporcionando experiencias transformadoras y diálogos con el público.
Juliana Vellozo Almeida Vosnika
Directora-presidenta del Museu Oscar Niemeyer
Los carteles de películas cubanas han sido reconocidos por la UNESCO e incluidos en el registro "Memoria del Mundo", una distinción que resalta su valor patrimonial e importancia cultural. Este reconocimiento internacional subraya la estética única y el impacto del diseño gráfico cubano en el mundo del cine.
Esta inscripción reconoce la contribución artística y cultural de los carteles cubanos, que acompañan al cine cubano desde su creación.
Influencia en las generaciones futuras: el reconocimiento de la UNESCO se percibe como una fuente de inspiración para jóvenes creadores y diseñadores, que pueden encontrar inspiración en el ingenio y la calidad gráfica de estas obras.
Importancia de la digitalización y preservación: la inscripción "Memoria del Mundo" también destacó la necesidad de digitalizar y preservar estos carteles para las futuras generaciones.
La UNESCO, como Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, desempeña un papel fundamental en la promoción de la cooperación internacional y en la salvaguarda del patrimonio mundial.
Firma sus carteles como Bachs
Eduardo Muñoz Bachs nació en 1937, en Valencia, España.
Sus padres, que luchaban contra el fascismo, huyeron de España y de Europa tras las victorias de Franco y Hitler. Se establecieron en Cuba en 1941.
Desde su infancia, Eduardo se interesó por el dibujo.
En 1952, comenzó como aprendiz artístico en la red de radio y TV CMQ-TV. En 1957, trabajó en películas de animación en una agencia de publicidad. Ingresó al ICAIC en 1959, en el departamento de animación, y en 1960 realizó el primer cartel de la institución, para la película Historias de la Revolución. En 1961, se trasladó al departamento de carteles. En los años siguientes, también trabajó para otros organismos gubernamentales. En 1970, diseñó la portada de la revista Cuba Magazine.
Bachs no solo fue un prolífico creador de carteles de cine, también escribió e ilustró numerosos libros infantiles y diseñó portadas de discos.
En la década de 1980, colaboró con revistas como El Muñe, Cómicos, Bohemia, Prisma y Revolución y Cultura.
Sus carteles de cine tienen una marca muy personal, rompiendo con los códigos gráficos tradicionales. Creó un estilo propio, lleno de colores y de una ingenuidad cómica. Es el cartelista más prolífico de Cuba, y está considerado uno de los mayores artistas gráficos cubanos. Falleció en 2001, en La Habana.
Firma sus carteles como azcuy
René Azcuy Cárdenas nació en La Habana en 1939. A los 16 años inició sus estudios artísticos en la Escuela Nacional de Bellas Artes de San Alejandro y después en la Escuela Superior de Artes y Oficios de La Habana. Comenzó su carrera como ilustrador en agencias de publicidad.
En 1963, uno de los fundadores del Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficas (ICAIC) le invitó a integrarse al equipo de diseñadores gráficos, encargándose de la creación de anuncios y comunicados de prensa del distribuidor nacional de películas. Rápidamente pasó a diseñar carteles de cine y propaganda política.
Sus primeros carteles utilizaban ilustraciones coloridas, pero en 1970 encontró su característico estilo gráfico, que le valió el apodo de "Negro Azcuy", pues trabajó casi exclusivamente en blanco y negro. Usaba fotografías de revistas, recortadas en grandes planos y con fuerte contraste.
En 1983, se unió a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), vinculada al Ministerio de Cultura, y participó en la elaboración de la Ley 106 para la mejora social de los artistas cubanos, promulgada en 1988.
En 1992 se mudó a México, donde se dedicó exclusivamente a la docencia en la Universidad Benemérita de Puebla, antes de reunirse con su familia en Miami, donde falleció en 2019.
Firma sus carteles como julioeloy
Nació en Placetas, Villa Clara, Cuba, el 12 de abril de 1943.
Comenzó su carrera en el Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográficas (ICAIC).
En la década de 1970, en pleno auge de la Revolución Cubana, emergió un nuevo tipo de comunicador: el diseñador gráfico. El arte del cartel, con su uso del color, collages, fotografías contrastadas, textos y eslóganes contundentes, se convirtió en un medio esencial de comunicación.
Mesa contribuyó a convertir el cartel cinematográfico en una forma innovadora de expresión, rompiendo con los estilos publicitarios tradicionales. Su obra fue expuesta en todo el mundo y es estudiada por estudiantes de arte en diversas universidades de América Latina.
En los años 50, estudió pintura comercial y arquitectónica en la Academia Garcés, en La Habana. Entre 1960 y 1962 cursó la Escuela Nacional de Profesores de Arte y, de 1963 a 1966, estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas San Alejandro. Se graduó en diseño gráfico en la Escuela de Diseño y, entre 1975 y 1976, estudió Historia del Arte en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.
Trabajó principalmente en escenografía, diseño gráfico y pintura.
Entre 1962 y 1969, fue escenógrafo del ICAIC. De 1969 a 1991, fue director de arte de la revista Cine Cubano.
Entre 1986 y 1991, trabajó como diseñador en la Galería de Arte Domingo Ravenet. En 1990, se convirtió en miembro de la UNEAC.
Vivió y trabajó durante un tiempo en España y, desde 1991, reside en Austin, Texas (EE. UU.).
Firma sus carteles como ñiko
Nacido en 1941 y naturalizado mexicano en 2003, creció en Cuba. Se graduó en Historia del Arte por la Universidad de La Habana y comenzó su carrera en 1957 en una agencia de publicidad.
Pronto empezó a crear carteles políticos para campañas revolucionarias en las décadas de 1960 y 1970.
En 1968, inició su participación en el ICAIC, donde creó uno de sus carteles más icónicos –uno de los pocos en utilizar fotografía– con el famoso retrato de Che Guevara por Alberto Korda, multiplicando la imagen de Che sobre el fondo rojo de la revolución.
Ese mismo año, también produjo carteles para películas cubanas y extranjeras como artista independiente.
A inicios de los años 70, se incorporó oficialmente al equipo de diseñadores del ICAIC.
Con un estilo único y aparentemente sencillo, ñiko ha enseñado diseño gráfico en universidades en Cuba, España y México, desde los años 70 hasta hoy.
Con el colapso del bloque soviético en 1989, Cuba enfrentó una grave crisis económica y social, y la producción de carteles públicos prácticamente cesó.
Para continuar su labor, aceptó una invitación para dar clases en la Universidad de Veracruz, en México, y dejó Cuba definitivamente.
Es miembro del Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico (ICOGRADA) y ostenta el Premio Nacional de Cultura Cubana desde 1983. En 2018 sus obras fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Nación Cubana.
Es también miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA (México). En 2021 recibió un doctorado honorario de la Universidad de Veracruz.
Actualmente vive y trabaja en Zoncuantla, Coatepec, Veracruz, México.
Según ñiko, un cartel es un susurro, no un grito – debe convencer, seducir y captar la mirada.
Para él, el cartel es demostrativo, sugestivo, reflexivo, y también una forma de diversión: “El cartel debe, ante todo, comunicar la pasión personal del artista. Anticipa y perpetúa las imágenes de su época; crea y participa de la historia”.
Afirma que, si hay un secreto en el cartel, está en las ideas, en la comunicación, antes incluso del proceso estético:
“Aunque la belleza también es un medio para alcanzar y afirmar lo que tenemos que decir”.
Firma sus carteles con el nombre completo: Servando Cabrera Moreno
Servando fue, sobre todo, pintor.
Se graduó en la Academia San Alejandro, y también estudió en la Art Student's League de Nueva York y en la La Grande Chaumière de París. Expuso por primera vez en el Lyceum de La Habana en 1943 y participó en varias bienales en Venecia, México y São Paulo, además de diversas exposiciones colectivas.
Ganó numerosos premios y sus obras se encuentran en museos, galerías y colecciones privadas en todo el mundo.
Fue amigo cercano de Alfredo Guevara (fundador del ICAIC y del Festival de Cine Latinoamericano de La Habana), con quien se relacionó aún más tras conocerse en París. Trabajaron juntos en el documental El Mégano (1954), junto a cineastas influenciados por el neorrealismo italiano.
En 1979, Guevara encargó a Servando el cartel de la película cubana Retrato de Teresa, de Pastor Vega.
Como homenaje a Servando, el cartel de la 35ª edición del Festival de Cine Latinoamericano incluyó su obra "Moncada" y "Cordillera", dos de sus pinturas más expresivas, expuestas en la novena planta del ICAIC, como quiso Guevara.
Durante el llamado “periodo gris” de los años 70 –marcado por la represión a la homosexualidad y al experimentalismo cultural–, Guevara fue un importante apoyo para Servando.
Firma sus carteles como Reboiro
Antonio Fernández Reboiro nació en Cuba en 1935, hijo de inmigrantes españoles. Estudió medicina durante seis años antes de dedicarse a la arquitectura y el diseño en la Universidad de La Habana.
Comenzó su carrera en la revista Havana Picture Guide y colaboró con el arquitecto Ricardo Porro en la construcción de la Escuela Nacional de Arte de Cuba.
En 1963, fue contratado por el director artístico del ICAIC, que reunía un nuevo equipo de diseñadores.
Durante dos décadas produjo innumerables carteles. El ICAIC ofrecía a los artistas un espacio de libertad creativa, y Reboiro desarrolló una imaginación visual influenciada por el Art Nouveau, Art Déco, Op Art, Pop Art y psicodelia. Sus carteles a menudo se alejaban del contenido de las películas, funcionando como enigmas visuales con elementos simbólicos, abstractos, figurativos o surrealistas.
Su característica principal era el uso explosivo y artístico de colores vivos y brillantes.
Perseguido por su homosexualidad, se exilió en 1982 durante una exposición en el Festival de Cannes. Vivió en Francia y luego en España, donde continuó su carrera creando carteles e identidades visuales para teatros, óperas, ballets y festivales.
En 1998 instaló su estudio gráfico en Miami. En la década de 2010 se dedicó plenamente a la pintura.
Falleció en 2020.
Sus obras están en colecciones de museos como el MoMA (Nueva York), el Museo de la Publicidad y el Centro Pompidou (París), la National Gallery (Londres), el Museo del Cartel (Varsovia), la Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami, el Museo Carlos Maside (España) y muchos otros en todo el mundo.
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Características de la exposición
Estímulo físico
Restricción de movimiento
Estímulo sonoro
Espacio con ruido
Estímulo sonoro
Sonido inesperado
Estímulo sonoro
Espacio silencioso
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Luz intermitente
Estímulo visual
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Estímulo visual
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