Serguei Eisenstein
y el mundo
Conoce el universo de uno de los directores de cine más influyentes y pioneros en la exposición "Serguei Eisenstein y el Mundo", realizada por el Museo Oscar Niemeyer.
La exposición presenta dibujos de escenarios, vestuario y personajes, así como bocetos, fragmentos de películas proyectadas y objetos de diferentes culturas que influyeron en Eisenstein, como las culturas precolombinas y el teatro Kabuki en Japón. Entre estos objetos, hay obras de las colecciones de arte asiático y africano de MON, lo que hace que esta exposición sea única.
Curada por Luiz Gustavo Carvalho y Naum Kleiman, quienes afirman que “la idea es ofrecer al público una verdadera inmersión en el complejo y rico proceso creativo del artista”.
Artista
Serguei Eisenstein
Curaduría
Naum Kleiman e Luiz Gustavo Carvalho
Período de exhibición
De 23 de junho de 2023
Hasta 28 de janeiro de 2024
Local
Sala 11
14 años
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SAIBA MAIS SOBRE A EXPOSIÇÃO
MON realiza la exposición “Serguei Eisenstein y el Mundo”
El Museo Oscar Niemeyer (MON) presenta a sus visitantes la exposición “Serguei Eisenstein y el Mundo”. La muestra se inaugurará el 22 de junio, en la Sala 11, para conmemorar el 125 aniversario del nacimiento del cineasta ruso. La curaduría es de Luiz Gustavo Carvalho y Naum Kleiman.
A través de un conjunto de dibujos, bocetos, fotografías, caricaturas, proyecciones y objetos, la exposición presenta parte del proceso creativo de uno de los directores más innovadores y pioneros de la historia del cine. Serguei Eisenstein influenció a grandes cineastas y revolucionó el mundo de la imagen con sus múltiples lenguajes.
“Los numerosos dibujos que nos dejó fueron el paso inicial en la preparación de sus míticas películas. Tenerlos aquí ahora, a nuestro alcance, es un privilegio”, comenta la directora-presidenta del MON, Juliana Vosnika.
Explica que la grandiosidad de la muestra presentada por el MON también propone un diálogo con objetos e imágenes que inspiraron a Eisenstein, así como películas influenciadas posteriormente por él, promoviendo una verdadera inmersión del visitante en el universo gráfico del artista.
“Confirmando el carácter transdisciplinario del Museo, al abordar las influencias de Eisenstein, la exposición construye un poderoso diálogo con las colecciones de arte asiático y africano en la colección permanente de MON, de la que toma prestadas obras que forman parte de su repertorio”, explica la directora-presidenta.
Para la secretaria de Cultura, Luciana Casagrande Pereira, la exposición es una oportunidad única para entrar en contacto con obras emblemáticas. “Tanto para los fans de Serguei Eisenstein como para la gente que aún no conoce su obra y trayectoria, pero que ahora podrá conocerlo de cerca”, comenta. “Una vez más el MON demuestra ser una gran ventana abierta al mundo”, dice.
Serguei Eisenstein y el Mundo
La exposición retrata el universo de uno de los nombres más revolucionarios del arte del siglo XX a partir de su obra gráfica. Los múltiples lenguajes visuales utilizados por Serguei Eisenstein en su obra fueron para el mundo de las imágenes lo que la Revolución Rusa fue para los arreglos sociales, políticos y económicos que transformaron la Europa de principios de siglo.
Compuesta por alrededor de 200 obras, la exposición teje, a través de bocetos, fotografías, caricaturas, proyecciones y objetos, diálogos con hechos y culturas que influyeron en el proceso creativo del artista: del teatro Kabuki a las culturas precolombinas, de la Revolución Rusa a la Haitiana.
Entre ellas se encuentran obras de arte asiático, grabados y máscaras, que pertenecen a la colección permanente del Museo Oscar Niemeyer. Las obras de arte africanas donadas por la Colección Ivani y Jorge Yunes (CIJY) a MON en 2021 también forman parte de la exposición, lo que confirma la transversalidad de la colección del MON a las exposiciones temporales que realiza la institución.
Los dibujos expuestos muestran la autonomía de este universo gráfico y fueron considerados por el propio director como una forma de transcribir sus pensamientos, convirtiéndose también en un paso primordial en la preparación de las películas del director.
Los bocetos, así como los diseños de escenografía, vestuario y personajes, convierten la exposición en un rico observatorio del proceso creativo del director. En la exposición, el diálogo con este conjunto de obras marcado por su aspecto cinematográfico se enriquece aún más a través de la confrontación con objetos de diferentes culturas que influyeron en el artista, provocando además un intenso diálogo con extractos de las películas de Serguei Eisenstein, también proyectadas en el espacio expositivo.
“La idea es ofrecer al público una verdadera inmersión en el complejo y rico proceso creativo del artista, en el que el dibujo está perennemente presente: desde la primera correspondencia enviada a su madre hasta las últimas meditaciones gráficas, que contrastan con las imágenes irónicas y cotidianas del director”, comentan los curadores.
Sobre el artista
Serguei Eisenstein nació en Riga, en 1898. Tras finalizar la Escuela Real, inició sus estudios en el Instituto de Ingeniería Civil de Petrogrado, pero tuvo que interrumpirlos con el estallido de la Revolución Rusa. En esa época, como soldado del Ejército Rojo, tuvo su primer contacto con el teatro Kabuki y el idioma japonés, influencias que lo acompañarían durante toda su vida. En 1920, se instaló en Moscú y comenzó sus estudios teatrales en la clase de Vsevolod Meyerhold, uno de los principales directores de teatro del siglo XX, realizando también sus primeras obras en el teatro Proletkult. En 1923, escribió su primer ensayo para el periódico LEF. La búsqueda del lenguaje cinematográfico moderno, el descubrimiento de nuevas posibilidades de montaje, ritmo y ángulo se llevaron a cabo en sus tres primeros largometrajes: “La Huelga” (1925), “El Acorazado Potiémkin” (1925), considerado hasta hoy como una de las diez películas más importantes de la historia del cine, y “Octubre” (1927). En 1928, viajó durante dos años por Europa, dando conferencias en Berlín, Zúrich, Londres y París. Entre 1930 y 1932, luego de que algunos guiones fueran rechazados por la industria cinematográfica de Hollywood, vivió y trabajó en México. La película “¡Que Viva México!”, realizada con el cineasta Grigori Aleksándrov y el operador Eduard Tissé, principal fruto del paso del director por América, quedó, sin embargo, inconclusa. Bajo sospecha de deserción, Eisenstein se vio obligado a regresar a la Unión Soviética y reanudó sus actividades como profesor en el Instituto Estatal de Cine (VGIK). La película “Alexander Niévski”, con música de Serguei Prokofiev, fue un gran éxito entre el público y supuso un hito tanto en el proceso creativo de Eisenstein como en el regreso del cineasta al panorama cinematográfico de la antigua Unión Soviética. En la última década de su vida, entre 1938 y 1948, Eisenstein comenzó a reflexionar sobre una nueva forma de cine, finalizando su carrera con la película “Iván el Terrible”, en la que trabajó durante los años que pasó en la evacuación, en Alma- Ata (Kazajistán), durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la última película del director, cuya idea principal trataba sobre la trágica expiación de un gobernante por los crímenes cometidos durante su lucha por el poder, recibió feroces ataques de la crítica oficial. La segunda parte de la película estuvo prohibida hasta 1958 y la tercera nunca se hizo. Enfermo e impactado por la censura cinematográfica, Serguei Eisenstein murió en 1948, a los 50 años. Dejó un legado que va más allá de su filmografía e incluye una vasta obra gráfica y varios estudios teóricos sobre el cine. Es uno de los nombres clave en la consolidación del lenguaje de la imagen en movimiento y uno de los pioneros del montaje cinematográfico. Su obra influyó en grandes cineastas como Mikhail Romm, Orson Welles, Jean-Luc Godard, Brian de Palma, Oliver Stone, Alfred Hitchcock, Ettore Scola y Glauber Rocha, y sigue siendo objeto de estudio de directores, artistas y críticos de cine.
Sobre los curadores
Luiz Gustavo Carvalho es curador, artista y pianista. Es el principal experto mundial en la obra de Serguei Eisenstein. Realizó su primera curaduría en Francia, en 2011. En Brasil, como curador de más de 80 exposiciones, presentó por primera vez en el país la obra de diferentes artistas visuales, como Antanas Sutkus, Serguei Maksimishin, Mac Adams, François Andes, entre otros. En 2012 creó el Festival Artes Vertentes – Festival Internacional de Artes de Tiradentes, que recibió, durante las últimas nueve ediciones, a más de 400 artistas bajo su dirección artística. Entre 2011 y 2014 formó parte de la dirección artística del Zeitkunst Festival de Berlín. Participó en diferentes programas de residencias artísticas en Sudamérica, Europa y Asia. Desde 2016 colabora con el Museu Bispo do Rosário Arte Contemporânea, en Río de Janeiro.
Naum Kleiman, nacido en 1937, es historiador de cine y curador. Fue cofundador del Archivo Serguei Eisenstein, organización que dirigió entre 1967 y 1985. En 1989, también fue cofundador del Museo del Cine de Moscú, en 1989, que dirigió hasta el verano de 2014. Considerado uno de los mayores especialistas en la obra de Serguei Eisenstein, es autor de numerosas publicaciones sobre la obra del cineasta ruso, así como del documental “La Casa del Maestro”. Forma parte frecuentemente de los jurados de los más importantes festivales internacionales de cine. Su labor por la defensa del cine en la Rusia contemporánea es reconocida internacionalmente. En 1992 recibió la Orden de las Artes y Letras del gobierno francés y, en 1995, la Medalla Goethe, otorgada por el gobierno alemán. Naum Kleiman fue homenajeado con la Cámara Berlinale durante la 65 edición del festival homónimo.
Imágenes
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Centro EIsenstein, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Centro | Eisenstein, Moscou (Rússia)
Centro Eisenstein, Moscou (Rússia)
Centro Eisenstein, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Centro EIsenstein, Moscou (Rússia)
Arquivo Estatal de Literatura e Arte da Rússia, Moscou (Rússia)
Centro | Eisenstein, Moscou (Rússia)
Materiais da exposição
Cineasta, artista, escritor, professor, teórico do cinema e doutor em artes, Serguei Eisenstein é um dos nomes mais revolucionários da estética do século XX. Sua obra cinematográfica e suas ideias sobre a montagem intelectual criaram um marco para o cinema e influenciaram cineastas de diversas culturas e gerações. As cenas do Encouraçado Potiómkin e Ivan, o Terrível continuam fascinando milhares de cinéfilos ao redor do mundo.
Em 2023, quando são celebrados os 125 anos do nascimento e lembrados os 75 anos do falecimento do cineasta, a exposição Serguei Eisenstein e o mundo apresenta ao público brasileiro a obra gráfica e visual do artista, que constitui, ao lado de seus filmes e escritos, uma terceira dimensão fundamental de seu universo artístico. “Em primeiro lugar, nunca aprendi a desenhar.” — com essa confissão, ao mesmo tempo sincera e profundamente irônica, Serguei Eisenstein inicia o capítulo dedicado aos seus desenhos no seu livro de memórias. Se, por um lado, o diretor realmente teve uma educação artística limitada, os desenhos aqui reunidos, considerados pelo próprio artista como uma forma de transcrição dos seus pensamentos, apresentam um universo gráfico autônomo, no qual buscava de maneira contínua desconstruir regras acadêmicas. Dos cadernos infantis, que refletem o fascínio do “menino de Riga” pela obra de Honoré Daumier, aos esboços realizados na década de 1940 para o filme Ivan, o Terrível, o desenho permaneceu uma paixão para Serguei Eisenstein ao longo da vida. Ao falecer, em 1948, o artista legou-nos mais de cinco mil páginas que iluminam, muitas vezes de maneira intrigante, controversa e insubordinada, suas obras cinematográficas e teóricas mais conhecidas. As séries de desenhos aqui expostas são ainda uma espécie de diário visual do artista, no qual Eisenstein tentou ambiciosamente decifrar o código genético do próprio processo criativo.
Construindo um diálogo entre a obra visual do artista e peças oriundas de diversas culturas — das máscaras, gravuras e esculturas asiáticas às estatuetas das civilizações Olmeca e Chancay —, a presente exposição tece também paralelos entre o universo eisensteiniano e o espírito renascentista, incitando-nos a (re)ver cada um dos milhares de frames filmados pelo cineasta como um objeto gráfico, pois na obra gigantesca de Serguei Eisenstein, “tudo está em relação com tudo e tudo invade tudo”.
Naum Kleiman e Luiz Gustavo Carvalho
Curadoria
Após um intervalo de sete anos, período em que se consagrou mundialmente como cineasta, Serguei Eisenstein retorna ao desenho, escolhendo essa linguagem para refletir sobre composição e representação. Dos motivos mitológicos às cenas bíblicas, passando novamente pela tragédia shakespeariana, os desenhos deste período, sempre concebidos em séries, refletem as experimentações radicais, as formulações construtivistas e as experiências acumuladas nos filmes A Greve, O encouraçado Potiómkin, Outubro e O velho e o novo. Em 1937, o medo e o desespero que reinavam em todo o país, provocados pelo Grande Terror stalinista, foram transformados em metáforas plásticas pelo artista nas séries Visões do Delírio e A vida deixando o corpo. Serguei Eisenstein, cujo filme O prado de Bezhin acabava de ser censurado e destruído, vivia na iminência de ser preso como “inimigo do povo e do socialismo”. Seu próximo filme, muito além de ser apenas uma chance oferecida a Serguei Eisenstein para que mostrasse sua lealdade política, permitiu ao diretor explorar as possibilidades semânticas e emocionais resultantes de diversas combinações de imagens com música. Essas reflexões norteiam os desenhos da série Ideias sobre Música e são audiovisíveis no filme Aleksandr Niévski, fruto da colaboração com o compositor Serguei Prokofiev.
Diversos filmes do cineasta nunca saíram do papel, censurados tanto pelo Stalinismo quanto pela impossibilidade de abordar certos temas na indústria cinematográfica americana. Na década de 1930, o romance “Majestade Negra”, de John Vandercock, foi o ponto de partida para um roteiro que, tendo o cantor e ator Paul Robeson como protagoonista, contava a história da Independência do Haiti. No entanto, um filme sobre uma revolução negra era então considerado inaceitável em Hollywood. A frase dita por Eisenstein de que o tema de seu próximo filme seria “a tragédia da transformação de um líder revolucionário em déspota” levou também alguém a enviar a Moscou uma denúncia de que o diretor iria encenar o “filme de Stalin”. Em 1931, a raiva irrompeu no Kremlin: um telegrama enviado pelo próprio Stalin exigia que Eisenstein retornasse imediatamente à União Soviética, pois havia “perdido a confiança de seus camaradas”. O roteiro e esboços do filme se tornaram, entretanto, os germes da última obra-prima do artista: Ivan, o Terrível.
A combinação de atuação e dança, a expressividade facial e a intensidade do teatro japonês fascinavam o jovem Eisenstein. Em 1919, enquanto participava ativamente da Revolução Russa, dividia o seu tempo livre entre leituras sobre o teatro Kabuki e o aprendizado da língua japonesa. As lições dos kanjis e da versificação no alfabeto japonês, assim como a paixão pelas gravuras japonesas, são influências marcantes na obra cinematográfica do diretor e na sua teoria de montagem, desenvolvida na segunda metade da década de 1920. Em 1928, assistindo às apresentações do teatro Kabuki em Moscou, Serguei Eisenstein encontrou o protótipo do contraponto sonoro-visual para o filme sonoro recentemente inventado. Em 1934, Mei Lanfang e a Ópera de Pequim revelaram ao diretor as imagens da cultura antiga da China, deixando-o fascinado pela sabedoria da filosofia taoísta. O interesse pelas culturas orientais estão refletidos também nos últimos desenhos do artista, criados em Alma-Ata, durante as filmagens de Ivan, o Terrível.
Em janeiro de 1941, a produção do filme Ivan, o Terrível foi confiada a Serguei Eisenstein por ordem direta de Stalin, que acreditava ter finalmente “domado” o diretor. Eisenstein sabia que o Kremlin esperava que ele justificasse os métodos sangrentos do regime, mas não o fez: o czar do século XVI não se parecia com o príncipe Aleksandr Niévski. Eisenstein só concordou em dirigir o filme após ter criado a cena do arrependimento de Ivan diante do afresco do Juízo Final na catedral. A trilogia sobre o primeiro autocrata da Rússia deveria ser uma tragédia sobre a destruição do país e a autodestruição do czar. As filmagens aconteceram durante a Segunda Guerra Mundial, em Alma-Ata, nas mais adversas condições impostas pela evacuação dos estúdios cinematográficos soviéticos. Se a primeira série do filme, estreada em 1944, rendeu ao diretor o Prêmio Stalin, a segunda foi banida e a terceira parte, inacabada, teve o seu material destruído em 1951.
A leveza do traço que marca os esboços realizados para o filme Aleksandr Niévski é ausente nos desenhos preparatórios de Ivan, o Terrível. As fisionomias dos personagens são mais próximas à expressividade dos ciclos de desenhos dos anos 1937-1939. Os esboços apresentam também inovações no estilo gráfico de Eisenstein: as hachuras dos contornos introduzem um jogo de luz e sombra, enfatizam a perspectiva no espaço, revelam volumes e planos cênicos, dão proporções de tamanhos e massas para a arquitetura, objetos e pessoas. Os afrescos das igrejas e mosteiros russos não se restringem apenas a decorar os interiores “no espírito da época”. Os motivos pintados estão diretamente relacionados ao enredo, constituindo um contraponto sonoro-visual, que se correlaciona com os diálogos e com a música de Serguei Prokofiev, assim como com os movimentos e expressões faciais dos atores. Transformando-os em uma espécie de personagem, Serguei Eisenstein materializa as ideias e princípios que o interessavam durante os seus projetos cênicos da década de 1920 — a criação de um filme dentro do filme.
Entre 1930 e 1932, enquanto filmava no México, Serguei Eisenstein foi cativado pela diversidade e beleza das culturas pré-colombianas. O folclore de Tehuantepec, a exuberância da natureza próxima aos trópicos, a arquitetura e escultura monumental dos maias, assim como a mitologia e cosmogonia dos astecas foram determinantes na escolha dos temas — Vida, Morte e Amor — e na poliestilística que atravessa o filme Que Viva México! A influência dos afrescos antigos e da pictografia dos povos que habitavam o continente americano são também visíveis na obra gráfica do artista criada nesse período. Mais tarde, em seus trabalhos teóricos sobre a natureza da arte, os interesses de Eisenstein pela riqueza cultural presente na América Latina levam-no a estudar as crenças e rituais dos povos indígenas Bororo no Brasil, o papel dos ritmos vodus nos rituais de diversas culturas caribenhas e o imaginário despertado pelas cerâmicas antigas do Peru.
No final da década de 1910, os ventos revolucionários que sopravam na Rússia ecoam também nas caricaturas políticas do jovem artista. A partir de 1917, os personagens em constante metamorfose que povoavam os cadernos de Riga passaram a conviver com Arlequins travessos, tristes Pierrots, Colombinas graciosas e outros personagens da commedia dell’arte. Após a Revolução Russa, decidido a interromper os estudos no Instituto de Engenharia Civil de Petrogrado, Serguei Eisenstein se instalou em Moscou e começou a trabalhar com Vsevolod Meyerhold. Levando os ensinamentos deste revolucionário do teatro no século XX ao extremo, Serguei Eisenstein rapidamente compreende o principal problema do teatro — o encontro face a face de dois reinos, até mesmo de dois mundos: a arte e a realidade. Influenciado ainda pelo universo circense e o teatro elisabetano, os desenhos de figurinos e cenários de Serguei Eisenstein retratam os próprios personagens, como se fossem arrancados da ação no palco, e refletem as reflexões do artista sobre a necessidade de desconstrução da fronteira entre o palco e o público.
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Características de la exposición
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Sonido inesperado
Estímulo visual
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