
Pure Gold
Upcycled! Upgraded!
La exposición "ORO PURO – ¡RECICLADO! ¡ACTUALIZADO!" es una sugerente colección de obras que reúne a 53 diseñadores de diversos países en una reflexión universal: la relación de la humanidad con la naturaleza. Un total de 76 obras se presentan en la Sala 2 del MON. Es una exposición del ifa - Institut für Auslandsbeziehungen e.V., en colaboración con el Museo Oscar Niemeyer y el Goethe-Institut São Paulo. El concepto y la concepción fueron concebidos por Volker Albus, profesor de la Universidad de Artes y Diseño de Karlsruhe, Alemania. La conceptualización latinoamericana fue creada por la investigadora e historiadora del diseño Adélia Borges.
Artista
Curaduría
Volker Albus y Adélia Borges
Período de exhibición
De 21 de agosto de 2025
Hasta 1 de março de 2026
Local
Sala 2
Planea tu visita
Imágenes
Fotografia: Cheng Biliang
Fotografia: Diederik Schneemann
Fotografia: Zhang Han Sui Hao Li Hua
Fotografia: David Amar
Fotografia: Marjan Van Aubel - James Michael Shaw
Fotografia: Cheng Biliang
Fotografia: Diederik Schneemann
Fotografia: Zhang Han Sui Hao Li Hua
Fotografia: David Amar
Fotografia: Marjan Van Aubel - James Michael Shaw
Fotografia: Cheng Biliang
Materiales de exposición
Basura voluminosa, residuos, materiales baratos: ¡oro puro!
Al menos, así lo creen muchos diseñadores a la vanguardia de esta transformación. "PURE GOLD – UPCYCLED! UPGRADED!" explora el tema de la eliminación y presenta diferentes maneras de transformar materiales desechados en productos valiosos.
Con la industrialización global y el aumento del consumo, el upcycling se ha convertido en una cuestión urgente. Por ello, el Institut für Auslandsbeziehungen (ifa) aborda este tema a través de una exposición de diseño, una plataforma digital, talleres y conferencias. El proyecto se basa en la ética, la responsabilidad, la colaboración internacional y la cocreación.
La exposición "PURE GOLD" consta de dos partes complementarias: la exposición física y material, y una plataforma virtual que sirve como espacio para el diálogo, el debate y el intercambio de conocimientos.
Los materiales presentados en los ejemplos son, en su mayoría, fácilmente accesibles prácticamente desde cualquier lugar y, básicamente, “gratuitos”. Sin embargo, a menudo se consideran basura sin valor. Lo mismo ocurre con las técnicas empleadas para transformarlos: habilidades artesanales a menudo basadas en métodos tradicionales, que acaban cargando con el estigma de estar obsoletas.
El objetivo de esta exposición es desafiar las etiquetas negativas asociadas a la reutilización y promover una nueva percepción de las materias primas y, en consecuencia, una renovada apreciación de los productos creados a partir de ellas.
En colaboración con siete curadores de Europa, América Latina, Norte de África y Oriente Próximo, Asia Oriental, África Subsahariana, Asia Meridional y el Sudeste Asiático, el ifa ha reunido 76 obras de 53 diseñadores. Juntos, demuestran cómo es posible añadir valor y significado en diversos contextos culturales.
En cada etapa de la gira internacional, se realizan talleres con diseñadores y creadores locales. Los resultados se publican en la plataforma digital en forma de guías paso a paso, invitando al público a continuar el diálogo y el intercambio de conocimientos. A lo largo del proyecto se añadirá información y materiales adicionales sobre los temas de los talleres.
En cada lugar que visita, el ifa también invita a diseñadores locales a presentar su trabajo junto con la exposición “PURE GOLD”.
ifa - Instituto de Relações Exteriores
Texto Institucional
Oro puro o: Por qué vale la pena prestar más atención a la basura doméstica
“El Bayern de Múnich juega hoy con camisetas hechas con basura”. Este fue el titular del periódico Bild en noviembre de 2016, durante la previa del partido del campeonato alemán de la Bundesliga entre el Bayern y el 1899 Hoffenheim. Por supuesto, no se refería a camisetas de segunda mano hechas con ropa vieja, sino, como decía el informe, a camisetas hechas íntegramente con “residuos oceánicos”: “de 28 botellas de plástico extraídas del mar”. El informe continuaba: “Con estas camisetas, el proveedor de ropa deportiva Adidas y la organización ambientalista Parley quieren advertirnos sobre la contaminación marina. Cada año, se vierten al mar 20 millones de toneladas de residuos plásticos, y tardan la asombrosa cifra de 600 años en descomponerse”.¹
Aunque esta iniciativa no estuvo motivada únicamente por preocupaciones medioambientales y Adidas probablemente también tenía importantes intereses de marketing, este uso de recursos es un ejemplo del desarrollo cada vez más dinámico de las tecnologías de reciclaje, así como de los altos niveles de aceptación y valoración de los productos reciclados disponibles.
No siempre fue así. No hace mucho, la palabra "reciclaje" evocaba imágenes de papel color cáscara de papas o de pavimentos triturados, considerados soluciones provisionales o materiales sustitutos que nunca debían utilizarse cuando se debían considerar criterios estéticos. Esto ha cambiado radicalmente. Casi a diario, leemos sobre productos innovadores fabricados íntegramente con plástico “upcycled”, vaqueros viejos, porcelana, caucho y muchos otros materiales, que aparecen no solo en las páginas de negocios, sino también en las secciones de "investigación y tecnología". Esto significa que los productos mencionados no son solo artículos semielaborados o básicos como papel higiénico o ladrillos², sino también artículos sofisticados de las industrias del mueble y textil, productos donde tanto la calidad técnica como la estética son cruciales para el éxito comercial.
La silla Hudson de Philippe Starck y la silla Aeron de Herman Miller son prototipos de esta estrategia. Estas dos sillas, junto con muchos otros productos reciclados, se fabrican reutilizando materiales que se habían utilizado previamente para fabricar prácticamente el mismo tipo de producto, devolviéndolos primero a su estado original (pasta, líquido, polvo o fibra), incluso si luego se transforman de nuevo en sillas en su nueva forma. Por lo tanto, en cuanto a los procesos de producción, estos productos no difieren mucho del conocido papel reciclado de color gris-marrón; sin embargo, los textiles modernos de un proveedor de ropa deportiva y los sencillos suministros de oficina de una fábrica de papel son mundos aparte.
La mejora estética es un desarrollo clave y un factor diferenciador clave. En la feria de tecnología e informática Cebit de 2017, la empresa japonesa Epson presentó equipos que utilizan el proceso PaperLab. El primer paso consiste en triturar el papel viejo impreso, que posteriormente se transforma en papel nuevo a una velocidad de 720 hojas por hora, prácticamente sin necesidad de agua.³
Es seguro asumir que no pasará mucho tiempo antes de que máquinas descentralizadas como las de Epson se apliquen a otros campos y tecnologías de producción en los hogares. Un ejemplo son las impresoras 3D, que ya se utilizan ampliamente. Pueden alimentarse con residuos domésticos bien separados y finamente molidos (en nuestros propios hogares) y luego producir lo que se necesite, desde repuestos hasta pequeñas reparaciones. Las habilidades de programación necesarias no serán un problema, ya que la generación Minecraft ya las domina.
Pero aún no hemos llegado tan lejos. Actualmente, estas tecnologías de reciclaje se siguen utilizando de forma centralizada, o al menos dentro del ámbito de influencia de las empresas que fabrican estos productos (Adidas, Emeco, Herman Miller, Epson). Esto significa que el acceso sigue siendo relativamente limitado y, a menudo, bastante caro. El alto costo de este tipo de proceso y su impacto en el precio final para el consumidor se puede apreciar en el caso del intento de transformar uno de los contaminantes ambientales más importantes de las últimas décadas en un producto ecológico. Original Food, con sede en Friburgo, Alemania, quería producir cápsulas de café compostables como alternativa a las cápsulas de Nespresso con alto contenido de aluminio, que generan alrededor de 4.000 toneladas de residuos al año.⁴ Esta iniciativa de Original Food parece una buena noticia, pero el problema es que la cápsula ecológica es un 20 % más cara que el producto de Nestlé y, además, carece del encanto del “mujeriego” George Clooney. Lanzar un nuevo producto podría ser más sencillo.
A pesar de las dificultades, estos ejemplos demuestran que, con las adaptaciones tecnológicas y los equipos adecuados, el cambio es posible. Los avances actuales y su creciente aceptación indican que, tarde o temprano, procesos como estos transformarán el principio de reutilización en —si no el— estándar para la adquisición de materias primas.
Es cierto que los programas políticos y financieros tienen el mayor poder de cambio en este campo, no las grandes ideas de los diseñadores. En los ejemplos de camisetas de fútbol, muebles o cápsulas de café fabricadas con materiales reciclados que se citan aquí, los productos son sustitutos que se ven exactamente igual que los productos "ecológicamente no correctos", salvo por una composición material apenas perceptible o invisible. En otras palabras, el éxito de estos productos se basa únicamente en una idea política y moral, o en un marco económico o regulatorio.
Esto es muy diferente en el caso de los productos que reconstruyen objetos cotidianos de bajo costo, los llamados "materiales encontrados". Estos productos no devuelven la materia prima a su estado original mediante procesos técnicos para generar un producto completamente nuevo. En cambio, dejan los materiales encontrados prácticamente como están, en su forma y composición final. Si bien esta estrategia no se ajusta perfectamente a la definición de la Ley Alemana de Gestión de Residuos⁵ o, dicho de otro modo, no se corresponde con nuestra comprensión del proceso de reciclaje, esta forma de reutilización es una alternativa muy atractiva a la adquisición industrial de materiales secundarios, al menos desde una perspectiva de diseño.
El objetivo de la exposición "Pure Gold" es demostrarlo. Presenta un total de 76 ejemplos de 53 diseñadores de Europa, Latinoamérica, Norte de África y Oriente Medio, Asia Oriental, África Subsahariana, Asia Meridional y el Sudeste Asiático, con un claro denominador común. Con distintos grados de perfección, todas estas obras se realizan íntegramente a mano o con la ayuda de herramientas muy sencillas, utilizando materiales usados y desgastados, ya sean desechos o los materiales más económicos disponibles. Esto se traduce en bajos costos de equipo y operación. Obras como las que se muestran aquí pueden crearse en pequeños talleres, en estructuras industrialmente subdesarrolladas o incluso en un banco de trabajo doméstico.
En resumen: la reutilización aquí es mucho menos fundamental y, por lo tanto, mucho menos compleja. El valor añadido de los materiales usados proviene solo parcialmente de las cualidades puramente físicas del material original. También se debe al aprovechamiento de las características físicas, compositivas, estructurales o simplemente estéticas de un producto seleccionado deliberadamente o encontrado al azar. Mientras que el reciclaje industrial busca generar una cantidad de productos idénticos (como es la única manera de fabricar una camiseta de fútbol como la del Bayern), estas estrategias de “as found” se centran más en aprovechar cualidades específicas ya conocidas o previamente pasadas por alto, como la maleabilidad, el color, la firmeza, la textura o la estructura del material, y en añadir matices en un nuevo contexto. A veces, esto llega tan lejos que los materiales se exhiben casi de forma demostrativa, y su contexto y función originales solo pueden discernirse con un buen trabajo de investigación. Probablemente nadie se daría cuenta de que los contenedores de Waltraud Münzhuber no son más que cintas de vídeo tejidas de varias "películas favoritas". Igualmente difícil sería identificar la Styrene Lamp de Paul Cocksedge, una composición geométrica precisa pero sencilla hecha de tazas de café de poliestireno termomoldeadas. El origen de los Taburetes Free Range de El Último Grito tampoco es inmediatamente reconocible; estos objetos arrugados son cajas de cartón hábilmente moldeadas y comprimidas.
Sobre todo, es la diversidad de materiales encontrados lo que convierte a esta fuente en una alternativa realista a la reutilización de materias primas estandarizadas y de alto consumo energético. Entre los materiales encontrados se incluyen todo tipo de papel, cartón corrugado, vidrio, neumáticos, corcho, jeans,, madera de construcción, cestas de plástico, tablas de madera, lana, revestimientos de heladeras, bolsas de plástico, chinelas, cinta adhesiva y de PVC, chatarra de acero, bolsos baratos y mucho más. Si añadimos a esta lista los atributos característicos —después de todo, son las características físicas y estéticas las que hablan a favor o en contra del uso de un material—, podemos hacernos una idea aproximada del inmenso potencial imaginativo que esta fuente prácticamente inagotable de residuos aparentemente inútiles ofrece para el diseño contemporáneo y futuro.
Por supuesto, esta forma de diseño y producción no es realmente nueva. Se asemeja al principio del ready-made en las artes visuales, al adhocism propagado por Charles Jencks a principios de la década de 1970⁶, a diversos aspectos del movimiento DIY (hazlo tú mismo) desde la década de 1960 hasta la actualidad, o a las prácticas de los hippies en las décadas de 1960 y 1970.
También podemos recordar cómo objetos cotidianos fueron improvisados en tiempos de escasez, provenientes de situaciones completamente diferentes, pero realizados y utilizados con el mismo impulso y principios de diseño que las obras presentadas en esta exposición.⁷
Sin embargo, a diferencia de estos "movimientos", (quizás con la excepción de los objetos creados por necesidad), el desarrollo actual del diseño impulsado por el reciclaje (o reciclaje impulsado por el diseño) que se muestra en esta exposición carece de urgencia misionera y no viene con ninguna ideología abstracta e idealista. En cambio, estas obras surgen de una mezcla de curiosidad e imaginación, una mirada analítica y, a menudo, una paciencia increíble, combinada con artesanía y un sólido conocimiento de las "materias primas" utilizadas. Es probable que sea precisamente esta combinación de técnica pragmática y talento artístico la que ha permitido que este fenómeno se extienda por todo el mundo. Esto también significa que estas obras manuales e "improvisadas" no son menos significativas que las tecnologías desarrolladas para la producción en masa y el reciclaje en serie.
Sin duda, considerando los 320.000 vasos de café descartables que se desechan cada hora (!) tan solo en Alemania⁸, no se puede subestimar la importancia del reciclaje industrial. Esto también se aplica al hecho de que la producción manual puede realizarse de forma sencilla, con herramientas básicas, y aun así producir resultados excepcionales, como demuestra esta exposición. La calidad no solo reside en el diseño, sino también, con una artesanía adecuada, en su valor económico.
El diseñador Stuart Haygarth es una figura destacada en este sentido.⁹ La lámpara Drop, creada por él en 2007, está hecha de cientos de bases de botellas de plástico cuidadosamente limpias, reorganizadas en una forma que evoca gotas de agua, la idea central del diseño del producto. La producción y el material demuestran que este producto podría fabricarse en cualquier parte del mundo, siempre que haya suficientes botellas de plástico disponibles, y estas se encuentran en nuestras playas de todo el mundo.
La única razón por la que este ejemplo clásico de upcycling excepcional no puede incluirse en esta exposición es su precio, varios miles de libras esterlinas. Esto demuestra que no estamos tan lejos del valor del oro que sugiere el título de esta exposición, sobre todo si observamos con atención toda la basura que nos rodea.
Volker Albus
Curador
1 Bild, 5 de noviembre de 2016, pág. 1, pág. 14.
2 Véase Neue Zürcher Zeitung, edición internacional, 22 de febrero de 2017, págs. 38/39.
3 Véase Frankfurter Allgemeine Zeitung, 23 de marzo de 2017, pág. 19.
4 Véase Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, 19 de marzo de 2017, pág. 24.
5. El “reciclaje” se define como “cualquier proceso de aprovechamiento que transforme los residuos en productos o materiales para su uso original o para otros fines. Esto incluye el uso y procesamiento de materiales orgánicos destinados a ser utilizados como combustible o para relleno” (§ 3, párrafo 25, Ley de Gestión de Residuos de Alemania).
6 Charles Jencks, Nathan Silver, Adhocism, Nueva York, 1973.
7 Véase Werkbund-Archiv, Blasse Dinge, Werkbund und Waren 1945 – 1949. Eine Ausstellung des Werkbund-Archivs im Martin-Gropius-Bau vom 12.8. – 8.10.1989, revista de exposición, Berlín, sin fecha.
8 El número 320.000 está tomado de Barbara Kuchler, “About the Verhältnisse der anderen Leben”, en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, 26 de noviembre de 2016.
9 Stuart Haygarth, www.stuarthaygarth.com/.
Upcycling en América Latina: una larga tradición
Reutilizar materiales baratos o basura para crear nuevos objetos y prolongar su vida útil ha formado parte de la cultura material latinoamericana desde hace mucho tiempo. Si bien en algunas partes del mundo como Europa esta práctica surge de la conciencia ambiental, en estos países surge de una inventiva dictada por la necesidad de supervivencia. Históricamente, la pobreza ha marginado a vastos grupos de población de la sociedad de consumo. La falta de acceso a bienes industrializados ha llevado a las personas a usar sus propias manos para crear y fabricar objetos que satisfagan sus necesidades cotidianas.
Hasta la década de 1970, la población brasileña era predominantemente rural. La creación de objetos para uso familiar o comunitario dependía de elementos naturales locales como materia prima. La paja se transformaba en cestas para transportar provisiones, hamacas para dormir o para techos; la arcilla se moldeaba en recipientes para almacenar agua o platos para comer; ramas y troncos de árboles, combinados con pieles de animales, daban lugar a muebles. En el país conocido por tener la mayor biodiversidad del mundo, abundan las materias primas para satisfacer las diferentes exigencias de resistencia, ligereza, durabilidad y adaptación al clima local en diversos tipos de objetos.
Con la creciente urbanización, los materiales derivados de los residuos industriales se incorporaron a los materiales disponibles en la naturaleza. Los desechos de los ricos se convirtieron en materia prima para las clases populares. Así, reutilizar los restos, por muy "contaminados" que parecieran, se convirtió en una práctica cotidiana. Otra práctica común era desmantelar objetos de sus funciones originales para adaptarlos a nuevos usos.
La arquitecta italiana Lina Bo Bardi (1914-1992), quien llegó a Brasil en la década de 1940 y permaneció allí hasta el final de su vida, documentó estas prácticas con admiración, familiarizándose con ellas a finales de la década de 1950 cuando comenzó a trabajar en el estado de Bahía, en la región noreste del país, más pobre que la industrializada São Paulo donde había vivido hasta entonces. Lina quedó encantada por las colchas hechas con retazos de tela y los utensilios creados con envases de aluminio reciclado. Entre los objetos paradigmáticos que recopiló durante sus viajes se encontraban lámparas de queroseno utilizadas para iluminar hogares sin electricidad, hechas de basura; irónicamente, algunas usaban bombillas fundidas como contenedores de combustible.
Otro intelectual profundamente interesado en estas prácticas fue el diseñador Aloísio Magalhães (1927-1982). En la década de 1970, creó el Centro Nacional de Referencia Cultural, que documentó estas iniciativas locales. Aloísio se inspiró en una pregunta del entonces ministro de Industria y Comercio, Severo Gomes, quien cuestionó la falta de carácter distintivo de los productos brasileños. Según el diseñador, esto se debía al desconocimiento de la cultura material brasileña.
Como director del Centro, Aloísio realizó investigaciones sobre textiles, producción cerámica, etiquetas de bebidas, marcas populares, artesanía indígena y reciclaje de residuos industriales, entre otros temas, todo con el objetivo de explorar la identidad del diseño y productos brasileños.
El Centro fue una institución pública que buscó cuestionar la lógica funcionalista dominante en el diseño institucionalizado de la época, fuertemente influenciado por el modelo de la Escuela de Ulm (HfG Ulm) en Alemania, que inspiró la primera escuela de diseño de Brasil: la Escola Superior de Desenho Industrial (ESDI), fundada en Río de Janeiro en 1963. El currículo de la ESDI seguía el modelo de Ulm, del cual provenían algunos profesores. La adopción de este estilo internacional se volvió dominante no solo en la ESDI, sino también en las escuelas creadas posteriormente y en la práctica diaria de los diseñadores.
A finales de los años ochenta y principios de los noventa, comenzaron a llegar a Brasil ecos de la preocupación por el "reciclaje en el diseño", principalmente desde Europa, junto con iniciativas ambientales contra el consumismo excesivo y el deseo de poseer cada vez más cosas, acorde con el estilo de vida occidental. Expresiones como la "cultura del Kleenex" comenzaron a representar críticamente esta mentalidad, al igual que el "usar y descartar". Estos movimientos comenzaron a cuestionar incluso el uso de la palabra "descartar". Después de todo, ¿qué se descarta realmente? Si ya no está en casa, sigue formando parte de la ciudad, del país y, en última instancia, del mundo. Los buques de carga transportan residuos compactados desde países altamente industrializados a lugares distantes del hemisferio sur, intentando "eliminar" sus basuras. Sin embargo, permanecen "dentro" del planeta. Necesitábamos empezar a ver la basura como el único recurso creciente del planeta, como predijo el pensador estadounidense Buckminster Fuller.
Irónicamente, estos ecos internacionales llegaron a América Latina en un momento en que muchos países de la región, incluido Brasil, experimentaban un gran auge económico, lo que debilitaba las iniciativas de reciclaje de base. Así, a través de los movimientos ambientalistas internacionales, impulsados por la creciente crisis ecológica, las iniciativas de reutilización adquirieron un nuevo significado, ahora como posturas ideológicas, casi como manifiestos sobre el futuro del planeta.
Las ideas de algunos segmentos del diseño del hemisferio norte también influyeron en Latinoamérica, como se aprecia, por ejemplo, en la exposición “Conscious, Simple – Consciously Simple”, con curaduría de Volker Albus y presentada en 1998 por el IFA. En mayo de 1999, llegó al Museo de la Casa Brasileña de São Paulo. Albus presentó una cultura alternativa de productos concebidos, producidos y utilizados de forma conscientemente simple, lo que impactó a los brasileños acostumbrados al pragmatismo industrial de la Escuela de Ulm.¹
En noviembre de ese mismo año, en la exposición "Nuevos Alquimistas" en el Itaú Cultural, reuní objetos resultantes de la valorización de materiales baratos o reciclados. En el mismo espacio, creaciones vernáculas realizadas por personas sin formación académica de diversas partes del país compartieron espacio con el trabajo de diseñadores con formación, quienes se inspiraron tanto en la cultura tradicional brasileña como en las nuevas ideas surgidas de los debates en el hemisferio norte. Muchos de los diseñadores que participaron en la exposición se refirieron a sus abuelos como "maestros del reciclaje": personas capaces de reutilizarlo todo, de convertir la basura en oro.
Como escribí en el catálogo: “Reciclar, reutilizar y recontextualizar se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana, y no solo en el mundo de los objetos. El diseño gráfico ha cambiado con la capacidad de escanear y distorsionar imágenes mediante computadoras. En la moda, desde el grunge hasta la alta costura, ha llegado a las calles. Los samplers están muy presentes en el mundo del pop, y otros movimientos musicales se apropian de elementos de la cultura tradicional local y de otros mundos. La dictadura del “buen gusto” ya no existe en ningún ámbito. La recirculación de información, formas y sonidos marca nuestra vida cotidiana. En el mundo de los objetos, los matices de cada país no importan: existe una crítica común al modelo de progreso adoptado por la sociedad industrial”.²
Los diseñadores latinoamericanos seleccionados para "Pure Gold" revelan esta doble influencia: la del diseño vernáculo interno y la de los movimientos sociales que impactan el diseño internacional. Brunno Jahara y Domingos Tótora, de Brasil, y el Colectivo Ático de Diseño, de Argentina, son figuras relativamente recientes en la escena, y si bien comparten visiones similares del diseño contemporáneo, cada uno sigue caminos diferentes.
Domingos Tótora comienza diseñando el material con el que trabajará, desarrollado a partir de envases de cartón desechados. No se trata simplemente de reutilizar, ya que implica un proceso completamente nuevo para transformar el material. El cartón se mezcla con agua y pegamento, luego se prensa y se moldea, adquiriendo resistencia. Solo entonces adopta las formas imaginadas por el diseñador.
La trayectoria de Brunno Jahara consiste en recontextualizar piezas de plástico o cerámica muy económicas, fabricadas en grandes series. En el proceso de desplazamiento y reensamblaje, genera nuevos usos y, sobre todo, nuevos significados. Se trata de objetos listos (ready-mades).
Por su parte, la curadora Luján Cambariere, en el Colectivo Ático de Diseño, parte de antigüedades e invita a los diseñadores a recrear las piezas, insertándolas en nuevos repertorios.
Ninguno de los tres diseñadores oculta el origen de sus objetos, pero tampoco los expone explícitamente. Sus objetos no pretenden ser manifiestos ni declaraciones: no son estridentes. Todos demuestran una gran habilidad para transformar entornos mediante métodos y recursos económicos. Es más, revelan inventiva y capacidad para ofrecer soluciones, incluso en condiciones que distan mucho de ser ideales y tecnológicamente sofisticadas. La forma trasciende la función, incorporando diferentes funcionalidades. Jahara y Ático de Diseño manejan con maestría recursos como el humor y la ironía, mientras que Tótora opta por una poesía silenciosa y clara.
Todos estos objetos nos invitan, como consumidores, a conciliar el consumo y la vida comunitaria con el placer estético y el deseo de un mundo mejor.
Adélia Borges
Curadora | Región Latinoamericana | São Paulo, Brasil.
1 Conscious, Simple – Consciously Simple. The Emergence of an Alternative Product Culture, Institut für Auslandsbeziehungen (ifa), Stuttgart 1998.
2 “Novos alquimistas,” en Consumo Cotidiano/Arte, São Paulo, Itaú Cultural, 1999.
O Goethe-Institut é o instituto cultural de âmbito internacional da República Federal da Alemanha. Desde sua fundação na Alemanha, em 1951, sua missão é fomentar o intercâmbio cultural, a formação e os discursos da sociedade no contexto internacional, além de apoiar o ensino e a aprendizagem da língua alemã em diálogo com o mundo, em prol da diversidade, do entendimento e da confiança, incentivando o acesso à língua alemã e apoiando o desdobramento livre da cultura e da ciência. A instituição confia no potencial do intercâmbio cultural internacional, nutrido e fortalecido pelas conexões entre artistas, ativistas, pensadores acadêmicos, pesquisadores, mentes criativas e parcerias institucionais. Nesse contexto, o Goethe-Institut reafirma seu compromisso com os planos de ação da Agenda 2030 da ONU, promovendo os 17 Objetivos de Desenvolvimento Sustentável por meio de iniciativas culturais, educacionais e ambientais que incentivam a equidade, a diversidade e a sustentabilidade global.
Em torno de 20 mil eventos culturais acontecem mundialmente a cada ano em cooperação com parceiras e parceiros. Com programas de residência, cooperações e coproduções, o instituto fomenta a criação de redes globais entre profissionais da cultura.
Hoje, o Goethe-Institut São Paulo desenvolve e apoia um espectro amplo de eventos culturais, difundindo e atualizando localmente temas presentes no cenário contemporâneo alemão, além de mapear os assuntos mais prementes no Brasil por meio de seus projetos.
“PURE GOLD – UPCYCLED! UPGRADED!” é uma exposição do Institut für Auslandsbeziehungen e.V. (ifa) em cooperação com o Museu Oscar Niemeyer e o Goethe-Institut São Paulo.
O upcycling é a prática que melhor representa a aliança do design contemporâneo com uma crescente consciência ecológica. Diferente da reciclagem tradicional, o upcycling transforma materiais descartados ou sem uso em produtos de maior valor, tanto funcional quanto estético. É uma forma criativa de dar uma nova vida a objetos que seriam considerados lixo, promovendo consumo consciente, originalidade e responsabilidade ambiental. No universo do design, o upcycling não só reduz o impacto ambiental, como também inspira soluções únicas, com histórias e identidade própria. Materiais antes rejeitados ganham novas formas, carregando marcas do tempo e uma narrativa própria. Essa prática permite que o designer-criador explore contrastes, texturas e simbologias únicas, transformando o ordinário em extraordinário. O resultado são peças autorais, cheias de personalidade, que rompem com padrões estéticos convencionais e provocam reflexão sobre consumo, descarte, memória e significado.
Esperamos que a exposição seja inspiração para novas formas do fazer aliadas à preocupação do impacto ambiental.
Las piezas seleccionadas de la colección del Museo Oscar Niemeyer se inspiran en una filosofía de diseño más o menos tradicional.
Precisamente por eso se integraron en la colección de muebles upcycled.
Al presentar ambos enfoques de diseño en paralelo, los visitantes pueden apreciar que no existe una diferencia formal o estilística significativa entre el uso de materiales convencionales —como madera, plástico o cuero— y el trabajo con materiales usados o reciclados.
Esta yuxtaposición deliberada busca fomentar una comprensión y apreciación más profunda de la estética que se esconde detrás de las piezas "PURE GOLD".
Volker Albus
Curador
Exposição virtual
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Características da exposição
Estímulo físico
Restrição de movimento
Estímulo Sonoro
Local com ruído
Estímulo Sonoro
Som inesperado
Estímulo Sonoro
Local silencioso
Estímulo Visual
Luz oscilante
Estímulo Visual
Luz natural
Estímulo Visual
Luz reduzida