El mundo lúdico del manga y el anime

El mundo lúdico de los mangas y animes

La tradición japonesa de enfocarse en el universo infantil es ancestral. Las celebraciones anuales del Día de las Niñas – 03/03 – y del Día de los Niños – 05/05 – se remontan a milenios. Los artefactos más antiguos conocidos datan del período Jomon (10.000/300 AEC). Los muñecos rituales – Ningyo – que corporifican los valores y las aspiraciones que los padres tienen con relación a sus hijos siguen la tradición.

La evolución del concepto más moderno de Ningyo tuvo inicio durante el período Edo (1603–1868), cuando hubo un énfasis creciente en el artesanato y en la expresión artística, que estimuló el rescate y desarrollo de varias formas de arte tradicionales, inclusive la fabricación de muñecos. Algunos de esos Ningyos fueron objeto de la exposición que precede a esta aquí en el Museo Oscar Niemeyer.

La muestra actual, intitulada "El Mundo Lúdico de los Mangas y Animes", retoma de cierta forma el tema del universo infantil, y lo proyecta hacia el juvenil, y más allá.

Son los mangas (漫画), historias en cuadrinhos o novelas gráficas que retratan en la mayoría de las veces el cotidiano urbano. En Japón, personas de todas las edades leen mangas, en una amplia gama de géneros: acción, aventura, horror, comercio, historias de detectives, la historia del país, ciencia ficción, fantasías sexuales, deportes, etc. Varios de esos mangas dieron origen a los animes (アニメ), una forma de arte característica que surgió en la década de 1960 con las obras del mangaká (creador de mangas) Osamu Tezuka, y se popularizó en las décadas siguientes. Ellos son en muchos casos la versión en celuloide, y actualmente en vídeo, de los mangas, una vez que una buena parte de los animes tiene origen en ellos.

Muchos de esos animes se hicieron conocidos en Brasil y se transformaron en verdaderos íconos para nuestras generaciones más jóvenes... y no tan jóvenes. Muchos de esos dibujos y celuloides originales fueron coleccionados por mí en las ferias de "antigüedades" de Tokio, los fines de semana, cuando yo servía en nuestra embajada. Son miles, que eran descartados por sus productores y despreciados por los que allí buscaban piezas antiguas. Adquirirlos se convirtió para mí en una "misión", pues ellos registran el alma y la cultura japonesas en lo que tienen de más auténtico: la convivencia entre la contemporaneidad y los valores ancestrales y, paralelamente, la mezcla con otras culturas. Tal es la simbiosis entre la inspiración en los "cartoons" y en los dibujos animados americanos, combinados con los valores civilizacionales del Japón contemporáneo, dividido entre tradición y modernidad.

Fausto Godoy

Donador y curador de la Colección Asiática del Museu Oscar Niemeyer

Desde que la grandiosa colección asiática, con más de tres mil piezas, fue donada al Museo Oscar Niemeyer, varias exposiciones ya fueron realizadas con tales obras, permitiendo que el público conozca más de ese patrimonio de inmenso valor histórico y artístico que pertenece a Paraná. Al entregar la muestra "El Mundo Lúdico de los Mangas y Animes", el MON confirma que esta es más una de las incontables vertientes de ese acervo sorprendente, que nos revela el continente asiático en su extensión geográfica, pluralidad étnico-religiosa y exuberancia artística a lo largo de miles de años de historia.

En esta exposición, traemos a nuestros visitantes una expresión del arte japonés contemporáneo que alcanzó y conquistó buena parte del mundo: los populares mangas y animes. Aquí, ellos son presentados en más de 100 pinturas, dibujos y esculturas, dividiendo espacio con los tradicionales muñecos Ningyos. Estos, en Japón, son objetos llenos de significados milenarios, presentes que desean longevidad, salud y fertilidad a los niños.

Al realizar esta exposición que presenta tan importante dimensión simbólica y estética de la cultura japonesa, el MON invita a una reflexión sobre las manifestaciones culturales de diferentes regiones y países y lo que nos aproxima como individuos y como sociedad.

Juliana Vellozo Almeida Vosnika
Diretora-presidente do Museu Oscar Niemeyer

Las animaciones japonesas tienen origen en el cine, pero ganaron espacio propio y definitivo en la televisión mundial a partir de la década de 1960. Desde entonces, continúan encantando generaciones. El anime se refiere a una animación que puede ser dibujada tanto a mano como por computadora. Las primeras animaciones comerciales japonesas datan de 1917, influenciadas por las técnicas occidentales. Sin embargo, fue solamente en la década de 1960, con el trabajo del célebre artista de manga (mangaká) Osamu Tezuka, frecuentemente llamado "Dios del Manga", que el anime comenzó a tomar forma como un fenómeno cultural distinto. En ese momento, eran dibujados sobre una hoja de acetato. El artista hacía el esbozo sobre una hoja de papel, con las indicaciones pertinentes, y el asistente lo transfería al celuloide.

Este estilo de arte actual surgió en la década de 1960 y se popularizó en las décadas siguientes, atrayendo a un gran público doméstico. Los animes pasaron a partir de entonces a ser vistos en las salas de cine. Fueron posteriormente presentados en transmisiones de televisión; después directamente en aparatos domésticos y por internet. Además de las obras originales, ellos son muchas veces adaptaciones de mangas e incluso de videojuegos. Clasificados en varios géneros – comedia, terror, drama, ciencia ficción, etc. – ellos apuntan a públicos amplios y diversos.

En la década de 1980, el anime se convirtió en un gran éxito popular en Japón, con el lanzamiento de producciones como "Gundam", "Macross", "Dragon Ball", y de géneros como robot real, ópera espacial y cyberpunk. La película "Akira", de 1988, se convirtió en un éxito internacional, y "El Viaje de Chihiro" dividió el primer premio en el Festival de Cine de Berlín de 2002, ganando el Oscar de Mejor Película de Animación en 2003.

Al igual que los mangas, los animes son una forma de arte y expresión de la creatividad de sus autores, tanto en lo que respecta a la forma como al fondo, pues en la mayoría de las veces el mismo creador responde por la trama y por el dibujo. Entre ellos, títulos como "Attack on Titan", "One Piece", "Fullmetal Alchemist: Brotherhood", "Death Note", "Dragon Ball" y "Akira" son constantemente citados como los mejores y más populares, tanto por los fans como por la crítica.

La industria de animes se reparte actualmente en más de 430 estudios de producción, incluyendo grandes nombres como el Studio Ghibli, Gainax y Toei Animation. Los animes han sido un éxito internacional aún mayor después de la introducción de las doblajes en exhibiciones televisadas. Este aumento de popularidad dio origen a producciones no japonesas que emplean el mismo estilo de arte del anime.

(FG)

Los mangas (漫画) son historias en cuadrinhos o novelas gráficas, similares a nuestros antiguos tebeos, mientras que los animes tenían originalmente el formato de celuloide. La mayoría de los mangas siguen los estilos desarrollados por los artistas japoneses que crearon los ukyio-es (浮世絵), término que significa "imagen del mundo flotante", un género de arte que se convirtió en muy popular entre la clase mercantil de Tokio en el período Edo (siglos XVII-XIX). Eran xilografías que retrataban temas del cotidiano urbano, tales como actores del teatro kabuki, cortesanas, luchadores de sumo, paisajes, cuentos folclóricos, etc.

El término "manga" se utiliza para referirse a las historias en cuadrinhos japonesas. Varios de ellos dieron origen a los animes (アニメ), creados por cartunistas y dibujados anteriormente sobre un soporte de acetato, como en esta muestra, y ahora creados por computadoras, en el formato de películas y videos.

Las raíces de los mangas son más antiguas. Tienen origen en el período Nara (séc. VIII EC), cuando surgieron los primeros rollos de pintura en Japón, llamados emakimono (絵巻物). Estos rollos contenían pinturas acompañadas de textos que narraban una historia a medida que eran desenrollados sobre una superficie. Al principio, este estilo seguía los patrones chinos que inspiraron el arte producido en Japón en aquella época. Fue a partir de la mitad del siglo XII que aparecieron los primeros emakimono típicamente japoneses.

En el período Edo (1603–1868) estos rollos fueron sustituidos por libros. Inicialmente, las estampas estaban destinadas a ilustrar los textos, pero rápidamente surgieron los "libros para ver" en oposición a los "libros para leer". A partir de mediados del siglo XIX, llegó a Japón el humor gráfico de los ilustradores europeos. En 1861, el cartunista británico Charles Wirgman se instaló en Yokohama, en las cercanías de Tokio. Él va a ejercer gran influencia sobre los artistas locales. Wirgman creó un periódico satírico, el The Japan Punch, y pasó a enseñar técnicas occidentales de dibujo y pintura a un gran número de artistas japoneses.

Influenciados por el The Japan Punch, Kanagaki Robun y Kawanabe Kyosai crearon la primera revista de manga en 1874, la Eshinbun Nipponchi, que no alcanzó éxito popular y fue cerrada después de tres ediciones. Sin embargo, las técnicas traídas por los europeos impulsaron una lenta, pero segura, producción de los artistas nativos, especialmente Rakuten Kitazawa, cuyo manga "Tagosaku to Mokube no Tokyo Kenbutsu" (田吾作と杢兵衛の東京見物) (1902), es considerado el primer manga en el sentido moderno.

Diversas series comparables a las de ultramar surgen en la década de 1930 hasta la mitad de los años cuarenta, cuando la prensa fue sometida a la censura del gobierno durante la Segunda Guerra Mundial, así como todas las actividades culturales y artísticas. Finalizado este período conturbado, bajo la ocupación americana, los mangakás (autores de mangas) pasaron a sufrir la influencia de las historias en cuadrinhos occidentales, sobre todo las americanas, que eran traducidas y difundidas en gran cantidad en la prensa cotidiana.

En 1946, surge el primer manga de autoría de una mujer, la tira "Sazae-san" de Machiko Hasegawa. Es también cuando Osamu Tezuka, un artista influenciado por Walt Disney, da vida al manga moderno. Las características faciales que él desarrolló, semejantes a las de los dibujos de Disney, con ojos, boca, cejas y nariz dibujados de manera bastante exagerada para aumentar la expresividad de los personajes, hicieron que el manga se popularizara.

Fue Tezuka también quien introdujo los efectos gráficos en las historias en cuadrinhos, como las líneas que dan la impresión de velocidad y las onomatopeyas que se integran al arte.

En la actualidad, el mangaká trabaja normalmente con algunos asistentes en un pequeño estudio y está asociado a una editorial. En Japón, los mangas son generalmente publicados en grandes revistas específicas, muchas veces conteniendo varias historias, cada una presentada en un único capítulo a ser continuado en una próxima edición. Si una serie de manga publicada es suficientemente popular, puede llegar a ganar una versión animada: un anime.

(FG)