
África, Expresiones Artísticas de un Continente
Intersecciones Contemporáneas – Año de Francia en Brasil
Una nueva activación de la exposición "África, Expresiones Artísticas de un Continente", con obras del acervo del Museo Oscar Niemeyer (MON), es presentada al público. "Intersecciones contemporáneas - Año de Francia en Brasil", con curaduría de Renato Araújo, en exhibición en la Sala 4, es un importante diálogo entre el arte africano tradicional y su transversalidad, que gana cada vez más espacio en el contemporáneo.
La exposición se renueva en el año Brasil-Francia, que celebra dos siglos de relaciones diplomáticas entre los dos países. Esta nueva edición es una asociación del MON con la Colección Ivani y Jorge Yunes (CIJY) y el Instituto Tomie Ohtake, ambos de São Paulo, y propone un intercambio cultural y artístico.
Artista
Curaduría
Renato Araújo, Nadine Hounkpatin, Ana Roman e Paulo Mivada
Abertura
4 de dezembro de 2025, 22h
Período de exhibición
De 5 de dezembro de 2025
larga duracion
Local
Sala 4
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Exposición Africana en el MON crea un nuevo diálogo con lo contemporáneo
La exposición “África, Expresiones Artísticas de un Continente”, presentada por el Museo Oscar Niemeyer (MON) con obras de su colección, se encuentra en una nueva fase de activación: “Intersecciones Contemporáneas – Año de Francia en Brasil”, que se inaugurará el 4 de diciembre en la Sala 4. La curaduría es de Renato Araújo.
Para Luciana Casagrande Pereira, Secretaria de Estado de Cultura, esta exposición es un ejemplo de cómo la cooperación cultural puede generar nuevas formas de diálogo y creación. “Cuando obras, narrativas y sensibilidades circulan entre continentes, ampliamos nuestra capacidad de reconocer la diversidad como un valor compartido”, afirma.
“Con esta activación, el MON, como instrumento vivo para la apreciación y la democratización de la cultura, acerca a sus visitantes un importante diálogo entre el arte tradicional africano y su transversalidad, que gana cada vez más espacio en el mundo contemporáneo”, afirma la directora general del MON, Juliana Vosnika.
La exposición se renueva en el marco del Año Brasil-Francia, que celebra dos siglos de relaciones diplomáticas entre ambos países. Esta nueva edición es una colaboración entre el Museo Oscar Niemeyer, la Colección Ivani y Jorge Yunes (CIJY) y el Instituto Tomie Ohtake, ambos en São Paulo, y propone un intercambio cultural y artístico.
“Presentamos dos proyectos distintos al público simultáneamente”, informa Juliana. El primero consiste en la instalación de dos videos de los artistas Josèfa Ntjam y Tuli Mekondjo. La curaduría es Nadine Hounkpatin, nacida en Benín y residente en Francia desde hace muchos años.
El segundo proyecto, con curaduría de Paulo Miyada y Ana Roman, aborda el tema “Andanzas: Entre Brasil, Francia, África y el Caribe”, basado en las residencias que ofrece el Instituto Édouard Glissant en Martinica a artistas de todo el mundo. “La participación de los artistas brasileños Rayana Rayo y José Eduardo Ferreira Santos dio lugar a la creación de las obras que se exhiben en esta exposición”, explica.
En su tercera edición, la exposición “África: Expresiones Artísticas de un Continente” consolida un largo y meticuloso proceso que culminó con la llegada de una de las colecciones más importantes y significativas de arte africano al Museo Oscar Niemeyer.
Curaduría
“En el marco de las celebraciones de la temporada cultural Francia-Brasil, el Museo presenta intervenciones vinculadas a Francia y su región de ultramar, Martinica”, informa el curador. “En diálogo con la colección, cada intervención tiene sus propias formas, gestos y narrativas”, afirma Araújo.
Explica que una de las propuestas presenta la instalación de videoarte “Presencias: Cuerpos, Objetos y Memorias”, con curaduría de la especialista franco-beninesa Nadine Hounkpatin, que reúne videos de los artistas Tuli Mekondjo, de Namibia, y Josèfa Ntjam, de Franco-Camerún. “Las obras fusionan filosofía, tecnología y espiritualidad africanas, reimaginando la herencia negra como un agente vivo de memoria y resistencia”, afirma.
Otra propuesta presenta al visitante la obra de la artista Rayana Rayo y el curador José Eduardo, del Acervo da Laje (Bahía), quienes realizaron una residencia artística en Martinica, en colaboración con el Instituto Tomie Ohtake (São Paulo) y el Fondo de Arte Glissant.
“La experiencia surgió de los conceptos de vagabundeo, criollización y relación, formulados por el filósofo Édouard Glissant”, explica el curador. Las obras afrobrasileñas de César Bahia(Salvador), que reverberan la herencia formal y simbólica de las culturas africanas, y las pinturas de Rayana Rayo (Recife), que investigan los contenedores como metáforas del cuerpo y el refugio, crean zonas de intersección entre territorialidades y temporalidades.
“Estas ‘Andanzas entre Brasil, Francia, África y el Caribe’ articulan memoria, origen y desplazamiento, proponiendo una escucha más amplia del legado africano y su despliegue en el contexto brasileño”, concluye.
Imágenes
Foto: Akemi Almeida
Foto: Akemi Almeida
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Foto: Akemi Almeida
Foto: Akemi Almeida
Materiales de exposición
La exposición "África, Expresiones Artísticas de un Continente" se renueva en el año Brasil-Francia, que celebra dos siglos de relaciones diplomáticas entre los dos países. En una asociación del Museo Oscar Niemeyer (MON) con la Colección Ivani y Jorge Yunes (CIJY) y el Instituto Tomie Ohtake, ambos de São Paulo, la nueva edición de esta muestra propone un intercambio cultural y artístico.
Presentamos al público, simultáneamente, dos proyectos distintos, con curaduría general de Renato Araújo. El primero consiste en la instalación de dos videos de las artistas Josèfa Ntjam y Tuli Mekondjo, fuertemente conectadas a la cuestión de la diáspora africana en Francia. La curaduría es de Nadine Hounkpatin, nacida en Benín y radicada en Francia hace muchos años.
El segundo proyecto, con curaduría de Paulo Miyada y Ana Roman, aborda el tema "Errancias: Entre Brasil, Francia, África y Caribe", a partir de residencias ofrecidas por el Instituto Édouard Glissant, en Martinica, a artistas de todo el mundo. La participación de los artistas brasileños, RayanaRayo y José Eduardo Ferreira Santos, resultó en la creación de obras exhibidas aquí.
Con esta activación, el MON, como instrumento vivo de valorización y democratización de la cultura, trae hasta su visitante un importante diálogo entre el arte africano tradicional y su transversalidad, que gana cada vez más espacio en el contemporáneo.
En su tercera edición, la exposición "África, Expresiones Artísticas de un Continente" consolida un largo y criterioso proceso que culminó en la llegada de una de las más importantes y significativas colecciones de arte africano al Museo Oscar Niemeyer.
Entendemos que un museo existe a partir de su acervo, pero es de la interacción entre el público y sus obras que se diseminan cultura y conocimiento.
Juliana Vellozo Almeida Vosnika
Diretora-presidente do Museu Oscar Niemeyer
Transforma un árbol en leña que arderá; pero nunca más te dará flores y frutos. Rabindranath Tagore (1861–1941)
Estrechando lazos institucionales, el Museo Oscar Niemeyer recibió una importante donación de obras africanas de la Colección Ivani y Jorge Yunes con cerca de 2.000 objetos – son máscaras, estatuillas, instrumentos musicales y una gran variedad de otras obras de las cuales estas son solo una selección.
Como parte de las conmemoraciones de la temporada cultural Francia-Brasil, el Museo presenta, en este momento, intervenciones ligadas a Francia y a su región ultramarina, la Martinica. En diálogo con el acervo, cada intervención posee formas, gestos y narrativas propias.
De un lado, la instalación de video-arte "Presencias: Cuerpos, Objetos y Memorias", con curaduría de la especialista franco-beninense Nadine Hounkpatin, reúne videos de las artistas Tuli Mekondjo de Namibia y de la franco-camerunesa Josèfa Ntjam. Las obras fusionan filosofía, tecnología y espiritualidad africanas, reimaginando la herencia negra como un agente vivo de memoria y resistencia.
Con apoyo de la Colección Ivani y Jorge Yunes, la artista Rayana Rayo y el curador José Eduardo, del Acervo da Laje (Bahia) realizaron una residencia artística en Martinica, también en asociación con el Instituto Tomie Ohtake (SP) y el Glissant Art Fund. La experiencia partió de los conceptos de errancia, criollización y relación, formulados por el filósofo Édouard Glissant.
Las obras afro-brasileñas de César Bahia (Salvador), que reverberan la herencia formal y simbólica de las culturas africanas, y las pinturas de Rayana Rayo (Recife), que investigan recipientes como metáforas del cuerpo y del abrigo, crean zonas de intersección entre territorialidades y temporalidades. Estas "Errancias entre Brasil, Francia, África y Caribe" articulan memoria, origen y desplazamiento, proponiendo una escucha ampliada del legado africano y de sus desdoblamientos en el contexto brasileño.
Renato Araújo da Silva
Curadoria
La intervención "Presencias: Cuerpos, Objetos y Memorias", con curaduría de Nadine Hounkpatin y Renato Araújo, pone en diálogo artefactos africanos ancestrales donados por la Colección Ivani y Jorge Yunes al Museo Oscar Niemeyer con obras en vídeo de Josèfa Ntjam y Tuli Mekondjo. El proyecto explora las relaciones entre metamorfosis, memoria e identidad, reactivando vestigios visibles e invisibles de la herencia africana. Las obras contemporáneas insuflan nueva vitalidad en los objetos antiguos, que pasan a actuar como mediadores de narrativas y futuros posibles. Más que un encuentro estético, Hounkpatin reflexiona sobre el estatus del arte africano en los museos, cuestionando propiedad, transmisión y la noción de patrimonio compartido. Al dar voz a artistas contemporáneos, se construye un puente entre pasado y presente, memoria colectiva y creación viva.
"Mélas de Saturne", de Josèfa Ntjam (Francia/Camerún), es un vídeo especulativo que explora las historias de la diáspora negra bajo una lente post-humana. Un avatar digital se fusiona con un algoritmo que anticipa la integración entre vida orgánica y tecnológica, sugiriendo nuevas formas de memoria e identidad. Inspirándose en la iconografía espiritual de África Occidental, especialmente en Mami Wata, Ntjam combina imágenes mitológicas, arqueológicas y biológicas – máscaras, corales, formas marinas híbridas y serpenteantes – creando una cosmología fluida. "Mélas", del griego "melas" ("negro" o "oscuro"), evoca una energía transformadora que desafía el tiempo lineal y las identidades fijas. La fragmentación se convierte en fuerza de resistencia y renovación, reimaginando la herencia africana no como reliquia, sino como agente vivo.
"Afrotekismo: el Museo Vivo del Afrotekismo", de Tuli Mekondjo (Namibia), es una performance que conecta herencia africana, memoria corporal y futuros especulativos. En resonancia con los artefactos ancestrales de la Colección Yunes, Mekondjo posiciona el cuerpo como un museo vivo, donde memoria, ritual y tecnología se entrelazan. Al moverse por el espacio público, ella activa objetos y gestos como portadores de historia e imaginación, desafiando los modelos museológicos occidentales que desvinculan los artefactos de la vida cultural. La obra imagina un futuro en que los sistemas de conocimiento africanos permanecen dinámicos, móviles y autodefinidos – un archivo vivo de resistencia y renovación.
Nadine Hounkpatin (Benin/França)
Errancia, en el pensamiento del filósofo y poeta martiniqués Édouard Glissant, es un modo de estar en el mundo. Más que desplazamiento, se trata de un ejercicio de atención a la diferencia y a la opacidad, que transforma la experiencia del exilio en conciencia compartida: cada uno lleva consigo fragmentos de otros lugares y saberes, y es en ese tránsito que se forman nuevas lenguas y pertenencias. Al cuestionar las raíces fijas, Glissant propone una visión dinámica de memoria, origen y ancestralidad.
A partir del concepto de errancia, se organizó la muestra "La Tierra, el Fuego, el Agua y los Vientos – Por un Museo de la Errancia con Édouard Glissant", en cartel en el Instituto Tomie Ohtake, que presenta la colección particular de arte de Glissant en diálogo con artistas contemporáneos. En el contexto de la muestra, Rayana Rayo y Zé di Cabeça realizaron una residencia artística en la Maison du Diamant, en Martinica – casa donde Édouard Glissant vivió y escribió parte de su obra – en colaboración con el Édouard Glissant Art Fund y con el Institut du Tout-Monde.
A partir de esa experiencia, los artistas propusieron intervenciones en la Colección de Arte Africana. Los trabajos presentados nacen del tránsito entre objetos y paisajes. En Rayana, la investigación sobre recipientes se desdobla: el vaso aparece como cuerpo-abrigo y como dispositivo de lenguaje. En Zé di Cabeça, procedimientos de observación y escritura conectan territorio, canto y recuerdo compartido; ante piezas sin autoría individual definida, el artista propone el diálogo de la colección con las esculturas de César Bahia. Sus máscaras y figuras de orixás reactivan vínculos entre ancestralidad, oficio y la presencia viva de las divinidades afro-brasileñas.
Ana Roman e Paulo Miyada
José Eduardo Ferreira Santos
Salvador, Brasil, 1974 – vive y trabaja en Salvador, Brasil.
José Eduardo Ferreira Santos es pedagogo, máster en Psicología, doctor en Salud Pública y postdoctor en Cultura Contemporánea. Nacido y criado en el Suburbio Ferroviario de Salvador, fundó, junto a su esposa Vilma Santos, el Acervo da Laje: espacio cultural independiente que funciona como casa, museo y escuela, dedicado a la preservación y valorización de las expresiones artísticas y culturales de las periferias soteropolitanas.
Durante la residencia artística en Martinica, José Eduardo escribió 27 cartas a Édouard Glissant, dirigidas a la Maison du Diamant, casa donde el filósofo vivió y trabajó. En ellas, traza paralelos entre Salvador y el Caribe, entre el Suburbio Ferroviario y el archipiélago, entre los ríos de la Bahía de Todos los Santos y las aguas de la isla, tejiendo fabulaciones sobre territorio, errancia y pertenencia.
Como intervención en la colección, José Eduardo establece una correspondencia con César Bahia, escultor del Acervo da Laje y heredero de Otávio Bahia, artista que producía divinidades africanas en madera en el Suburbio Ferroviario. César sigue la tradición familiar, tallando troncos de jaqueira y pintándolos a mano en colores intensos, preservando la memoria del oficio y la fuerza ancestral de sus figuras.
En el encuentro entre las cartas y las esculturas, entre Salvador y Martinica, la intervención hace del acervo un interlocutor activo. Las obras escuchan, responden e inventan continuidades entre África, Caribe y Brasil.
Rayana Rayo
Pernambuco, Brasil, 1989, vive en Pernambuco, Brasil
La producción de Rayana Rayo está permeada por la vivencia del clima y de la marea, de manglares, restingas e islas del paisaje de Recife, su ciudad natal. Sus pinturas, de pinceladas espesas y colores afinados en sus relaciones tonales, evocan atmósferas húmedas y topografías redondeadas, las cuales son habitadas por elementos híbridos – entre ser vegetal, animal y onírico. Son escenas que no comunican narrativas lineales, prefiriendo fabular relaciones entre cuerpos, fragmentos y ambientes afectivos.
De la misma forma, ella no lidia con el paisaje por medio de la perspectiva o de la descripción, sino que hace que todos los elementos de la composición emerjan de la misma materia de la pintura, tomando partido de sus propiedades sinestésicas (su capacidad de evocar calor y olor, silencio y deseo, viento y soledad).
Para esta exposición, Rayo presenta una serie de pinturas comisionadas que se articulan con una selección de recipientes – objetos usados para contener, guardar y retener agua presentes en la Colección África. Esta yuxtaposición propone un diálogo entre las superficies líquidas y los volúmenes contenidos, entre el gesto pictórico y la materialidad de las formas que, así como sus pinturas, lidian con flujos, retenciones y permeabilidades.
El flamboyant amarillo
14 de agosto de 2025
Glissant, buenas noches.
En medio del viaje encontré algunos flamboyants amarillos.
El flamboyant amarillo fue mi primer asombro con la belleza en la infancia, en el ir y venir de la escuela primaria, en la década de 1980.
El camino de la calle Nova Esperança hasta la Escuela Machado de Assis, en la Rua dos Ferroviários, final de línea del São João do Cabrito, era un espectáculo para los ojos debido a los jardines y las bellas árboles que adornaban el camino.
Flamboyants y otras árboles florecían de forma abundante, haciendo que todo lugar pareciera un jardín, y aquello me encantaba mucho, pero nadie sabe explicarnos el encantamiento: simplemente sucede. Hasta contar es difícil, porque está en la esfera de la magia personal, de la delicadeza de aquello que nuestra alma guarda como tesoro.
Y más aún al saber que aquellas árboles, plantas y jardines fueron cultivados por manos y corazones que amaban árboles, plantas y jardines, de las mujeres de todo el barrio.
No nos damos cuenta de la importancia del paisaje, de las árboles, de las plantas y de los jardines en la imaginación y en el imaginario de un niño: es el inicio de todo, donde preguntas son hechas, felicidades son vividas, inteligencias y sensibilidades son aguzadas, en fin. La vida nace de nuevo en el encuentro con el mundo exterior, externo a nosotros.
El paisaje educa. La árbol, con su imponencia y belleza, educa y encanta.
Las plantas, ni hablar, ellas llevan el misterio de dialogar todo el tiempo con la vida y también de educarnos para el cuidado y el afecto.
Árboles, plantas y jardines educan para la sociabilidad. Para vivir en sociedad, es preciso cultivar y cuidar las plantas, las árboles y los jardines.
Cultura, curaduría, cuidado, elaboración, civilización, todo eso y más un infinito cabe dentro de un jardín.
Además de la presencia notable de los flamboyants amarillos y rojos, no puedo dejar de registrar, Glissant, la plenitud de los crotons, que de tan antiguos comienzan a perder el color.
El encuentro con esa diversidad botánica nos enseña que la naturaleza es brutalmente relacional. Inútilmente relacional. Entre las grietas, ella es relacional. La naturaleza danza en los vanos de luz y los ocupa con vida para arriba.
La naturaleza ocupa los vanos del olvido con vida.
La naturaleza es plena porque bebe de las fuentes que nuestros ojos no ven.
Y nosotros, para vivir, ¿de qué fuente bebemos?
Quien diga, pierde el encanto...
La naturaleza es silenciosamente, silenciosamente relacional. Escandalosamente relacional, pero siempre silenciosa y precisa; dinámica y rizomática; sabedora de los caminos que la raíz tiene que fincar para tener salud y vida plena.
La naturaleza es la metáfora de la vida.
Y la metáfora de la vida es la relación.
Un abrazo,
Zé di Cabeça
"Ancestralidad" no es una palabra vacía
17 de agosto de 2025
Glissant, buenos días.
Despidiéndome por aquí y agradeciendo a Sylvie y a usted por todo, vino a mí la percepción de que necesitamos cuidar más la palabra "ancestralidad", porque se está convirtiendo en una palabra vacía, un adjetivo, usada como un gerundismo – un vicio de lenguaje, una expresión esvaziada.
Sé que todos quieren tener ancestralidad, pero es preciso cuidado: no todo lo que se tiene se dice.
Parsimonia, por favor. El misterio tiene sus interdictos, sus matices y no pide alharacas.
No siempre la última presentación es la síntesis de la vida. Es preciso guardarse. La lógica del vacío supone hablas y definiciones garbosas de sí.
Abuela sabía eso y me enseñaba todo en silencio, secreto y afecto.
Evocar la ancestralidad a la ligera, banalmente, es un peligro, pues es lanzar ese concepto, esa presencia en un vacío de sentido que ni permite que ella, la ancestralidad, se manifieste.
Yo no sé si usted no sabe, pero ancestralidad no es vacío, eco, imaginación: ancestralidad es presencia. Y fuerte. Y compañera. Y amiga. Y cuidadora de nuestros pasos aquí, en Martinica.
Quien tanto evoca ancestralidad se olvida de evocar presencia. Y ancestralidad es presencia, y presencia cuida.
Vamos a repensar el modo de presentarnos al mundo.
Yo llamo ancestralidad a las ancestralidades que tienen nombre y me dieron colo, cariño, afecto, comida y amor...
Ancestralidad anónima es un agujero...
Ancestralidad genérica es alma en pena...
Respeten las palabras...
Ancestralidad es presencia y no es un modismo vernacular transitorio.
Ancestralidad es presencia, de modo que, si usted no entiende, respete.
Aquí, en la residencia Glissant, ella fue presencia todo el tiempo, sin necesidad de decir esa palabra.
Tanto la presencia como la ancestralidad deben educar por lo que son y por cómo se manifiestan. Si eso se pierde por el uso vacío, es un síntoma de esta generación que intenta aprehender todo en un concepto y no lo consigue. Cuando no sea posible, el silencio también grita y evoca. Es preciso reenseñar la liturgia de la evocación del sagrado, para que no se vuelva banal.
José Eduardo Ferreira Santos
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Características de la exposición
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Estímulo de Sonido
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Estímulo Visual
Luz parpadeante
Estímulo Visual
Luz reducida